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Gerencia pública: una aproximación al estudio de la gestión estratégica en el sector gubernamental

Categoría: Administración
Autor : Varios

Bruno Ariel Rezzoagli

El inicio de septiembre no ha hecho sino constatar las enormes dificultades para que nuestros principales actores políticos puedan encontrar un campo común de entendimiento,

que permita dar un tratamiento racional a sus desacuerdos y divergencias.  Un mes que debería empezar con un acto republicano de rendición de cuentas, de diálogo

y reconocimiento recíproco de poderes, estuvo marcado por un lenguaje beligerante y excluyente, más propio de una lógica de guerra que de una lógica política.

El hecho de que el presidente de la República no haya podido estar presente en ese acto para informar sobre el estado que guarda la nación, ha pretendido ser presentado como una

prueba de una democracia cada vez más madura, como una expresión de una clara división de poderes, en el que el Poder Legislativo, a diferencia de lo que ocurría en el pasado, afirma su

independencia frente al Ejecutivo federal, y se consolida como un contrapeso en el marco de un modelo de control recíproco del poder.

Es cierto que el primero de septiembre fue, durante muchos años, el día del presidente.  Un poder subordinado como el Legislativo, le rendía pleitesía al tlatoani, al monarca sexenal,

en un acto de abyección que advertía las profundas debilidades de un sistema formalmente democrático, pero realmente autoritario o semiautoritario, sin contrapesos ni balances.

El caso es que ahora, en septiembre de 2008, el titular del Ejecutivo Federal no pudo estar en la sede del Congreso. No hay relación entre el Ejecutivo y el Legislativo. Sin embargo, este

nuevo formato nos lo quieren vender como una muestra de democracia sólida cuando significa todo lo contrario, una democracia cuyos actores, diputados y senadores, no tienen la madurez

para el reconocimiento recíproco de los que son distintos. En una democracia, los poderes se equilibran entre sí, y ello sólo puede ocurrir a partir de una relación abierta, transparente y

respetuosa. Y el caso es que aquí no hay esa relación.

Lo que queda de este año tampoco parece tiempo propicio para establecer una relación abierta, porque no hay un código común, compartido, de valores. Parecería que para algunos

de nuestros actores la política no tiene un horizonte temporal, y quienes buscan acuerdos, compromisos y negociaciones, no parecen tampoco tener la voluntad y la fuerza necesaria para

imponerse frente a la intolerancia y la exclusión.

César Velázquez Robles

Director General

Editorial

/ Politeia Nº 24

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Politeia es una publicación mensual del Grupo Consultores de Comunicación de Sinaloa, S.A de C.V. Certificado de licitud de

título en trámite. Reserva de derecho al uso exclusivo del nombre, expedido por el Instituto Nacional del Derecho de Autor, de la

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www.revistapoliteia.com

CULIACÁN, SINALOA / N• 24 / AÑO 3 / SEPTIEMBRE 2008

Fotografías: Alumnos del maestro Jesús

García: Adelina, Adriana, Alex, Alma,

Ana, Elí Martínez, Javier Rivas, Karina

Aguilar, Marcia, pamela y Taneya

(portada).

Politeia se distribuye en todo el país a través de la Red de Librerías Educal / CNCA 2008 /

Contenido Editorial 3 Memoria del 68

El cisma en el poder que provocó el 68 (Entrevista con Marcelino Perelló Valls).

Jorge Medina Viedas 5 1968. De la democracia a la antidemocracia

Gilberto Guevara Niebla 13 Análisis

El régimen bonapartista de Chávez

José J. Sanmartin 19

Sistema electoral y “Partido Democrático” en la República Italiana

William Jensen Díaz 35

Gerencia pública: una aproximación al estudio de la gestión estratégica en el sector gubernamental

Bruno Ariel Rezzoagli 47

La miseria de la política

Ernesto Hernández Norzagaray 55

Cultura Poesía

Fragmentos de “Memoria del cuerpo”

Moisés Vega 60

Libros

Volver al campo

Roberto Ángel Airola Herrán 62

Caza de citas

¿Cómo gobernar en este México?

Omar Garfias 64

/ Politeia Nº 23

Memoria del 68

2007 /

Jorge Medina Viedas

Entrevista con Marcelino Perelló Valls

El cisma en el poder

que provocó el 68

Memoria del 68

Decir lo que importó y lo que importa hoy el 68, parece ser cosa de unos cuantos pero el tema está en todas partes. A 40 años de los sucesos, el mirador de aquel paisaje del pasado está poblado de visitantes, forasteros unos, oriundos otros, pero todos van allá, inquietos, casi morbosos, a intentar responderse incógnitas, a reiterar odios, a resolver inquietudes informativas, intelectuales o culturales,

e incluso a exorcizar demonios.  Pero el movimiento de 1968 no abandona su condición de mito. Y es ese poder lo que lo convierte en centro de atracción. Sus protagonistas estelares viven en su gran mayoría; sus figuras pesan y sus voces se escuchan como ordalías plebeyas o plegarias desatendidas.  Muchos siguen atados a ese momento personal y colectivo y sobre el que giran sus vidas. A unos más que a otros, los convirtió en “hombres de bien”. Unos, los menos, han lucrado con aquello que el azar les ofrendó. Para otros pocos, sin embargo, fue un presidio (o un jardín de libertad en otro presidio, según se crea) que los llevó a la amargura o la muerte. Marcelino Perelló Valls, uno de los más importantes dirigentes y el más carismático del movimiento de 1968, es de los que advierten que aquel fenómeno político que cambió a México fue una fiesta pero al mismo tiempo una tragedia. El Decir lo que importó y lo que importa hoy el 68, parece ser cosa de unos cuantos pero el tema está en todas partes.  A 40 años de los sucesos, el mirador de aquel paisaje del pasado está poblado de visitantes, forasteros unos, oriundos otros, pero todos van allá, inquietos, casi morbosos, a intentar responderse incógnitas, a reiterar odios, a resolver inquietudes informativas, intelectuales o culturales, e incluso a exorcizar demonios.

/ Politeia Nº 23

Memoria del 68

propuso la Manifestación del Silencio del 13 de septiembre, tomando las palabras del anarquista asesinado en Chicago, John Spies: “Ha llegado el día en que nuestro silencio será más elocuente que las

palabras que ayer callaron las bayonetas”. Y aquella movilización que tuvo su cuenca en el Museo de antropología y cientos de pequeños meandros surgidos de los barrios y colonias de la

ciudad de México, se convirtió

en un torrente de lava humana

que hizo cimbrar el centro

ceremonial del país. Una multitud

cargada de pasión y de

dignidad que tocaba lo más

profundo del ser nacional.

Sin embargo, su impacto

sobre el mundo real, sobre el

sistema político, fue imperdonable.

Lo que siguió a aquella

movilización fue la intervención

del Ejército en Ciudad

Universitaria el 18 de septiembre.

Luego el 2 de octubre

en Tlatelolco. Al silencio

de aquella movilización del

13 de septiembre se habían

unido el miedo y el terror.

La ciudad continuó sitiada

por las policías y el Ejército a

unos días de que se inauguraran

los juegos Olímpicos de

México 68.

El movimiento estudiantil,

sin embargo, había lesionado

para siempre la estructura

vital del sistema político

priísta.

De la parte de una larga

conversación con él, que no

termina, extraigo unos fragmentos

que nos muestran

un panorama, desde su perspectiva

personal, de lo que

varios de los líderes vivieron.

Cada quien a su modo, cada

quien según su biografía, sus

creencias y el molde del que

estaban hechos.

Un político del PRI

importantísimo

Marcelino recuerda, se sitúa

en el momento en que ha pasado

lo peor de la represión.

Una zona oscura, de tinieblas,

de amenazas en la que vivían

los que no estaban presos en

Lecumberri. Él estaba libre,

deambula de escondrijo en

escondrijo. Le digo: “Hay un

momento en el que tú te das

cuenta que debes salir, que

ya es inevitable tu detención,

que es casi imposible frenar

a las fuerzas que estaban interesadas

en ello y decidiste

salir, pregunto. ¿Cómo estuvo

todo?”.

Su respuesta va más allá.

Entra en terreno pantanoso.

Igual que siempre. Habla

el Marcelino que irrita, que

molesta. “Bueno, fue más

complicado que esto. Déjame

decírtelo de otra manera.

Y es la primera vez que lo

digo privadamente y quedará

en tus manos. El peligro de

quedarme en México no era

tanto de que me detuvieran,

sino que no me detuvieran;

casi queda todo explicado al

decirlo, pero más vale revisar

un poco. En el 68 en México

hubo un cisma en el aparato

de poder. Fue el primer

rompimiento serio, al menos

desde la época de Obregón

y Calles. Se produce

un rompimiento de aparato,

posiblemente ligado con la

sucesión presidencial. El catalizador

del conflicto dentro

del aparato fue el nombre de

un político importantísimo

jugando fuera de los rangos

del sistema político del PRI,

Carlos Alberto Madrazo.

“Esto es mera especulación,

lo podemos hablar en

otra ocasión en el plano puro

de las hipótesis. Yo no soy

quien sabe de eso, tendríamos

que hablar con quien

sabe; pero los que saben o

son mudos o están muertos.

“El caso es que nunca

hubo una política homogénea

del Estado dentro del

movimiento; no fue pareja ni

coherente la represión, por

ejemplo: no tenemos que olvidar

que el 2 de octubre, el

día en que se producen los

hechos en Tlatelolco (no recurramos

a palabras demagógicas),

es el mismo día en que

se inician las pláticas entre

el CNH y los representantes

Y aquella movilización que tuvo su cuenca en el Museo de antropología y cientos

de pequeños meandros surgidos de los barrios y colonias de la ciudad de

México, se convirtió en un torrente de lava humana que hizo cimbrar el centro

ceremonial del país.

2007 /

del gobierno, representantes

nombrados por Díaz Ordaz.

La historiografía oficial del

68 quiere olvidar ese hecho

y yo creo que es fundamental

para entender lo que pasó el

2 de octubre, y lo que pasó en

general; querer pensar que

fue una simple coincidencia

es, en el más benévolo de los

casos, una actitud infantil”.

-La plática fue por la mañana

de ese día…

-Hubo dos, una en la mañana

a la que asistieron Gilberto

Guevara, Luis González de

Alba y Mario Núñez. La cosa

es que estaba esa plática en la

mañana y después en la noche

llegué yo, cuando acababa de

suceder lo de Tlatelolco. Tú

me estabas preguntando de

la salida del país y estoy convencido

de que si no me detuvieron

en un momento dado

es porque no quisieron. Pero

vámonos entendiendo, quien

no quiso, para que veas qué

grueso está todo -déjame decirte

lo que testimonió hace

apenas tres años, en el 98, Andrés

Caso Lombardo, que fue

uno de los representantes de

Díaz Ordaz.

-Y el otro era De la Vega...

-...Las pláticas se desarrollaban

en casa de Caso. Él es

un gran cazador africano. Era

muy chistoso que las pláticas

de ahí en el CNH y de tres

días más se desarrollaron en

medio de cabezas de tigres,

hipopótamos en las paredes,

grandes colmillos de elefantes.

La casa de Caso cazador,

le decíamos. El caso es que

Andrés había dicho algo que

no había dicho antes y me

temo que pasó desapercibido,

como pasa desapercibido

todo aquello que contraviene

la historia oficial. Pero no nos

equivoquemos, la historia

oficial no es la del poder, la

del poder explícito, no es la

del gobierno, la historia oficial

es la de Elena Poniatowska,

González de Alba, Carlos

Monsiváis, esa es la historia

oficial y se quieren olvidar de

estos personajes que mencioné

y también de sus ramificaciones

que son muchas…

-¿Qué fue lo que dijo

Caso?

Que estábamos en platicas

ante el CNH, con ellos De la

Vega Domínguez, cuando la

policía secreta rodeó la casa

y que entonces él le llamó a

Díaz Ordaz y le dijo ‘señor

presidente, tengo la casa rodeada

de agentes secretos’

y que Díaz Ordaz entonces

mandó al ejército, rodeó a los

secretos y los detuvo. Era el

testimonio de Caso. Nosotros

no nos enteramos. Yo le dije a

Caso, eso lo dijo después en

una conferencia, que a su vez

nos lo dijo de manera privada;

yo le pregunté, pero yo estaba

ahí y me dijo “claro que no

se enteraron”, o sea, había un

rompimiento serio de aparato

político y en general del

aparato represor; no entraré

en detalles en qué consistió

ese rompimiento, pero te voy

a dar otro elemento.

¡Ya que nos encarcelen,

cabrón!

“A finales de octubre es

detenido mi hermano por la

Federal de Seguridad, que

no tenía ninguna participación

activa en el movimiento,

encarcelado en algún lugar

que no supo porque lo llevaron

vendado; no lo maltrataron

físicamente, en fin, sólo a

medias. El caso es que quien

interroga a Carlos, mi hermano,

es nada menos que Nassar

Haro en persona y este le

dijo ‘Lo vamos a soltar, pero

dígale a su hermano que se

entregue a nosotros, porque

si no, lo van a matar; nosotros

lo sacaremos del país

sano y salvo, se lo juro por

mis hijos”. Entonces Nassar

saca de su cartera la foto

de sus hijos y la puso frente

a mi hermano: ‘por ellos lo

juro que estoy diciendo la

verdad’. Tan convincente debió

haber sido Nassar que en

cuando salió, mi hermano me

dijo ‘entrégate, te van a matar

güey. Nassar me prometió

que saldrás del país’ y le dije

‘estás jodido, estás mal de tu

cabeza’. Esto fue a finales de

octubre y por supuesto que

no le hice caso.

Pero no nos equivoquemos, la historia oficial no es la del poder, la del

poder explícito, no es la del gobierno, la historia oficial es la de Elena

Poniatowska, González de Alba, Carlos Monsiváis, esa es la historia oficial

y se quieren olvidar de estos personajes que mencioné y también de sus

ramificaciones que son muchas…

/ Politeia Nº 23

Memoria del 68

“La idea de que me iban

a matar me llegó también por

otros lados, me llegó a través

de Martínez Nateras. Arturo

se entrevistó conmigo y me

dijo “nos llegó el tip de que

a ti no te van a meter al bote,

a ti te van a chingar, te van a

quebrar, así que la dirección

del partido ya decidió sacarte

del país”. Eso fue anterior, te

lo estoy contando en desorden;

entonces vi. esto como

una maniobra de la burocracia

del partido para sacarme de la

jugada; dije, ‘Sí a toda madre’,

y no me fui; tampoco la advertencia

de mi hermano funcionó,

entre otras cosas porque

estábamos locos. Cuando

pienso en lo que hicimos se

me ponen los pelos de punta.

No me concibo adoptando

esa actitud y estaba en la casa

de Caso la noche de un día X

cuando le hablan por teléfono

y se ríe y me dice ‘Marcelino,

me acaban de informar

que está usted detenido’. Yo

me cisqué, ‘ay caray’, dice,

‘no, no, no’.

-¿Ahí quién estaba contigo?

-No recuerdo. Algunos

miembros del CNH que asistieron

a la reunión. Eran pocos

días después del 2 de octubre

cuando detuvieron, al entrar

al Excélsior, a Juan García

Ponce; ya estaba enfermo, el

tenía esclerosis múltiple, ya

iba en silla de ruedas…

- Y pensaron que eras tú...

- Y por lo visto pensaron

que era yo. Ese episodio lo

relata en un desliz que la

honra Elena Poniatowska en

un libro, y lo de esa anécdota

me reveló que sí había gente

que me quería detener pero

también que Caso tenía la

atribución de ser informado

inmediatamente y me imagino

que de actuar. Caso ya

les dijo a sus informantes que

nada de eso, que yo estaba en

su casa y que por lo tanto era

falsa alarma.

“El cuarto antecedente

es el día de Navidad. Yo

estaba escondido en casa de

un gran amigo mío panameño

que vivía en la Condesa,

de hecho era la casa de sus

suegros, iban a celebrar la

Navidad. Entonces me pidieron

que me fuera a casa

de sus abuelos que estaba a

media cuadra de ahí y, por

supuesto, yo me fui. Pero

al día siguiente, el 26 de diciembre,

cuando bajé de la

casa de los abuelos para regresar

a la casa de Roberto,

alcancé a ver a un tipo con

un walkie-talkie que se metió

en un zaguán. Yo pasé de

frente y me le quedé viendo

a los ojos y no me gustó y me

regresé a las casa de Roberto

con el sacón de onda. Pensé,

‘ya me dieron en la madre’,

pero pues no, no me dieron

en la madre”.

-¿No llegó el momento en

que querías que te detuvieran,

Marcelino…?

-¡Claro! Yo no tanto, no

llegué a ese conflicto, pero

otros compañeros que estaban

junto a mí, sí. Es el caso

de Guillermo Fernández,

quien era representante de

Economía en el CNH, hermano

de Javier Fernández, el

factor boom del movimiento

del CGH. Él, sí lo dijo ya explícitamente

en un momento

de desesperación: “ya que

nos encarcelen, cabrón!. La

cárcel es un refugio, es una

salvación, está uno tranquilo

y a salvo de las sospechas

porque ya se estaban generando.

A partir del 2 de octubre

empezaron a generarse

las sospechas sobre quienes

no habíamos sido detenidos,

sospechas absolutamente

infames porque los que no

habíamos sido detenidos éramos

cientos de miles; y eso

se mantuvo después muchos

años hasta la fecha. Pero sí

la tentación de haberse librado

de la horrible tensión que

representaba la dirección del

movimiento derrotado, la persecución

policíaca y en medio

de un triángulo diabólico, el

dedo de fuego acusador de los

ultras de “tranzas, traidores”.

Que se levante la

huelga

-¿Cómo estuvo aquella asamblea

cuando fuiste a pedir que

se levantara la huelga y que

por eso te empezaron a rechazar

y volteaste la asamblea?

-Sí, bueno en fin, una de

tantas asambleas. Déjame

-El argumento lógico:

el movimiento estaba

desvertebrado,

le habían partido la

madre, no había ya

lugar para un movimiento

cívico, para un

movimiento estudiantil.

La represión no

sólo era injusta como

siempre lo es, sino que

era injustificada.

2007 /

decirte que la Facultad de

Ciencias era, históricamente,

el núcleo de todo esto; era

un nivel de movilización extraordinaria.

El 5 de octubre

nosotros tuvimos la asamblea

de la Facultad de Ciencias,

cuando había desaparecido

toda movilización y no había

asambleas diarias ahí. En un

momento dado, yo llegué tarde,

para variar -como siempre

llegó tarde a las citas,

tarde a la historia- el caso es

que, cuando llegué, los ultras

habían propuesto mi destitución

como representante de

la Facultad al CNH y la habían

ganado. Entonces llego

y mis camaradas me dicen:

“¡Te destituyeron, Marcelino!”

Subí a la asamblea, no

me senté en el presídium, me

senté hasta atrás y en un momento

dado dicen: “Ya está

aquí Marcelino!; todo mundo

esperándome para que

tomara la palabra. Aunque la

palabra la tenía finalmente la

asamblea; sin que yo interviniera

la asamblea decidió que

yo hablara; hablé y la asamblea

se pronunció: revocó

la decisión de destituirme y

aprobó la propuesta del levantamiento

de huelga.

-¿Qué fue lo que dijiste?

-El argumento lógico: el

movimiento estaba desvertebrado,

le habían partido

la madre, no había ya lugar

para un movimiento cívico,

para un movimiento estudiantil.

La represión no sólo

era injusta como siempre lo

es, sino que era injustificada.

Estaban matando muchachos

por la calle por andar pintando

una barda; habían armado

no sólo a los policías, sino a

los bomberos, basureros, barrenderos;

quería decir lo que

nos había advertido Barros

Sierra, que vendría la nueva

toma del CU y el pasaje a la

clandestinidad y a la lucha

armada. Pero entonces ya no

se trataría de un movimiento

estudiantil, ya era otra cosa.

El movimiento estudiantil ya

10 / Politeia Nº 23

Memoria del 68

no podía pervivir como tal.

En la mayoría de las escuelas

ya no había asambleas, ya

eran dos o tres gatos y entonces

empezaron a aparecer

representantes de Ingeniería

y decíamos, “¿En representación

de quién? ¿Cómo

cabrón si no hay asambleas?

¿Tú quién eres?

“Nos enfrentábamos, pues,

al peligro serio de que se conformara

un CNH espurio, fantasma,

que ya no correspondía

a la dinámica del movimiento

y que ese tomara las decisiones

por el movimiento...”.

-Tú advertiste el estado

de ánimo de la asamblea…

¿Qué pasó después?

-Esto que estoy diciendo

es difícil decirlo. Lo que te

comento es que lo que sucedía,

entonces era real. No

había mentiras ni por parte

de la asamblea ni por parte

mía. Era auténtico y extraordinariamente

intenso. Recuerdo

el momento en que

les dije ‘las cosas han llegado

a un punto en que si a mí me

desaparecen y a ustedes les

cuentan que yo me fui becado

a Europa, ustedes lo van

a creer y me enfrento a una

disyuntiva: para sacrificarme

-y ustedes no lo van a creer

o bien van a esconderme y

ponerme a salvo y ahí se ven

y ahí se ve el movimiento-,

o sea, no voy a hacer ni una

cosa ni otra, ni me voy a esconder

ni me voy a sacrificar.

Voy a asumir el costo social y

personal de llevar esta nave a

puerto aunque sea el puerto

de la derrota, pero a puerto.

En fin, me confirmaron como

representante del CNH y votaron

el levantamiento de la

huelga. Yo creo que la historia

nos dio la razón a todos

aquellos, es decir, el 68 sigue

siendo un mito en la crónica

del siglo XX de este país, porque

el 68 no tranzó, no pudo

ser incorporado, digerido por

el sistema, cuando decidimos

derrotar la huelga en el famoso

manifiesto del 2 de octubre

que quedó deformado.

“El manifiesto lo redactaron

Roberto Escudero, Gerardo

Estrada, Enrique González

y salió un documento,

dizque teórico, según ellos.

Una jalada. Mi idea es que en

ese documento se tenía que

decir ‘nos partieron la madre

a balazos, en ese plano no podemos

competir, nos retiramos,

pero llegará el momento

en que el pueblo de México

tomará la revancha en contra

de los asesinos, de los explotadores,

de los opresores, de

los represores’. Para mí ese

era el texto. Ya ellos hicieron

un texto larguísimo de diez

cuartillas. Pero en fin, el es2007

/ 11

píritu era el mismo y eso fue

lo que dije en la asamblea:

‘Ya nos madrearon, no nos

hagamos pendejos, esto ya no

lo levanta nadie’, como dice

Marcos: somos efímeros

“En ese momento no podíamos

decir: no tranzamos,

no negociamos, nos disolvemos

y ese es el triunfo. No

por la grilla de algunos pobres

pendejos..., triunfó porque los

estudiantes en las asambleas

en decisiones colectivas así lo

decidieron y fue una decisión

sabia, fue una decisión histórica;

en fin, pagamos el precio

por esa decisión”.

Cabrona es la derrota

-¿Cuándo saliste de México?

-Una vez terminado el

movimiento, una vez que

levantamos la huelga; toda

nuestra posible protección

quedó desarmada, en ese

momento quedamos indefensos,

nuestras defensas

eran las asambleas, la gente.

Yo había llevado la nave al

puerto, yo y muchos otros,

al puerto de la derrota, pero

una derrota digna, significativa,

con lugar, con discurso

histórico.

-¿En qué sentido te reconoces

derrotado, en lo íntimo,

en lo personal?

-Es que cuando se adhiere

uno con la intensidad con

la que lo hicimos nosotros a

aquel proyecto, no es fácil

distinguir lo público de lo

privado, lo social de lo personal,

la frontera se difumina,

entonces yo no sé si mi

terco alejamiento del poder

es una actitud o es una debilidad

o es una deficiencia.

Si el hecho de no girar el

rumbo ante el desastre y entrarle

en busca de soluciones

personales a otras alternativas

de vida, es por coherencia

o es por vergüenza o es

simplemente por miedo o

desidia.

“En un momento dado

me pasó por la cabeza que

mi rechazo al poder podía

tener que ver con las acusaciones

de traidor que se me

hicieron y que me pudieron,

entonces en una especia de

demostración de mi lealtad

me hubiera negado yo

a aceptar cargos en el poder,

ya sea en el gobierno o

en la Cámara, pero pues no

tiene mucho sentido, finalmente

porque todos los que

me acusaron acabaron de diputados

o de secretarios de

Estado, o altos funcionarios

dentro del régimen, ¿no?

Esto de la persecución estalinista

de la que fui víctima

me dotó de una perspectiva,

de un punto de vista que le

está vedado a los que no lo

han vivido.

“Son célebres en la historia

muchos de estos casos, de

qué tan terrible puede ser la

acusación de traidor. Recuerdo

el libro, que seguro has

leído,... La confesión, cuando

expresa el dolor desgarrador

que representa que quienes

lo están torturando, tienen la

estrella roja en la frente; como

cuando ya detenido y procesado

vienen a entrevistarse su

mujer sin los niños y le dice:

‘Es la última vez que vengo

a verte y yo no quiero tener

relaciones con un traidor’.

Otro caso muy dramático fue

el del secretario general del

PSUC, el Partido Comunista

Catalán, quien era partidario

de que el PSUC fuera un partido

independiente del Partido

Comunista de España,

un partido distinto… y eso le

trajo la oposición de la burocracia,

del PC y de ahí se derivó

la acusación de traidor,

vendido, agente infiltrado.

Entonces para demostrar su

inocencia, se entregó a la policía

española. No se entregó

a la policía, pero regresó a

Cataluña, creo que era el año

40, la plena persecución, y

acabó siendo detenido y encarcelado,

murió en la cárcel.

Entonces, paradójicamente

el hacer sido tildado de vendido,

de traidor o de agente,

me enriqueció, me dotó de

nuevos elementos, tanto del

punto de vista político como

del punto de vista intelectual,

anímico. Hay un bellísimo

poema de un poeta brasileño

que dice algo así ‘... la

grandeza de la derrota...hay

algo en la derrota que le está

vedando al triunfador...”

-¿Y qué es, Marcelino?

-¿Qué?

-Lo que está vedado al

triunfador…

-Un cierto temple, una

cierta grandeza de espíritu,

una cierta entereza que le es

necesaria para asumir, para

integrar la derrota. O sea,

hay algo del orden del facilismo

en la victoria, ¿no? La

victoria es fácil. Cabrona es

la derrota.

12 / Politeia Nº 23

Memoria del 68

2007 / 13

Gilberto Guevara Niebla

1968. De la democracia

a la antidemocracia

El movimiento estudiantil de 1968 fue una explosión

política de extenso y hondo alcance, pero

se han estudiado muy poco sus consecuencias

perdurables. ¿Qué quedó de todo aquello?

Es presumible que el movimiento cuajó en

cambios institucionales. Como dice Francesco Alberoni, los

movimientos de masas y las instituciones se contraponen formalmente,

pero tienen una sustancia profunda en común. “La

Institución surge del movimiento para realizar su promesa en

un espacio y tiempo determinado, por eso interrogando a la

institución se encuentra el mensaje elaborado por el movimiento.

Por otra parte, el movimiento es siempre portador de

proyecto, es decir, ya contiene en sí mismo, potencialmente, a

la institución” (Alberoni, 1984:13).

Hay una dialéctica entre los movimientos de masas y el

orden de las instituciones, pero esta dialéctica es difícil de

asumir por quienes sufrieron materialmente los efectos de

la masacre de Tlatelolco. Las balas del Ejército y la policía

no sólo dañaron los cuerpos de un gran número de personas;

también destruyeron ideas, actitudes, esperanzas, disposiciones

y afectos. Tlatelolco hizo volar en pedazos la confianza

ingenua que los estudiantes tenían en el orden legal, en la

democracia, en la Revolución Mexicana, en la patria y el lugar

Hay una dialéctica entre los movimientos de masas

y el orden de las instituciones, pero esta dialéctica es

difícil de asumir por quienes sufrieron materialmente

los efectos de la masacre de Tlatelolco. Las balas del

Ejército y la policía no sólo dañaron los cuerpos de un

gran número de personas; también destruyeron ideas,

actitudes, esperanzas, disposiciones y afectos.

Memoria del 68

14 / Politeia Nº 23

Memoria del 68

que ocupaban esos valores

lo llenó un vacío psicológico

o una carga densa de odio y

coraje. Vacío existencial, odio

y coraje de toda una generación.

Para ilustrar. El día 3 de

octubre un grupo de alumnos

de Arquitectura publicó en la

prensa un conmovedor desplegado

que, más o menos,

decía lo siguiente: “Ayer asistimos

a un mitin en Tlatelolco

y, de repente, fuimos atacados

a balazos. ¿Alguien puede

explicarnos lo ocurrido? ¿Por

qué?” (cito de memoria).

¿Por qué? ¿Cómo? ¿De

dónde? Estas preguntas

quedaban sin respuesta. Y

no podía haberla. Las balas

acabaron con la estructura

de creencias que daba fundamento

al movimiento estudiantil:

la fe candorosa en

la ley, la creencia de que se

vivía dentro de un orden civilizado,

la suposición de que

prevalecía la razón, la confianza

en que, a la postre, el

gobierno cedería y otorgaría,

si no todos, algunos de los

seis puntos del pliego petitorio.

La mayoría de los jóvenes

confiaba seriamente en que se

realizaría el “diálogo público”

y que se daría una solución

pacífica al conflicto. Es probable

que muchos razonaran

así: “¿Por qué nos están matando?

¿Quién? Me niego a

creer que es el gobierno”. La

negación a admitir los hechos

es muy comprensible si se observa

que hacerlo significaba

vivir —sufrir— el vacío existencial

total. Si no hay democracia,

si no hay ley, si no hay

moral que respete la vida de

quienes protestan, ¿entonces

qué hay? No hay nada. No había

nada. De esa nada surgió

el activismo compulsivo, el

radicalismo político, el hippismo,

la mota, el nihilismo,

la guerrilla y la desesperación

y la locura de muchos otros.

Reprimir a los estudiantes

en Tlatelolco fue un grave

error político y el precio que

México pagó por ese error

fue gigantesco. En primer

lugar, una generación entera

de estudiantes de educación

superior se polarizó frente

al Estado de la Revolución

Mexicana y pasó al campo de

la oposición. Otro tanto ocurrió

con los maestros.

En realidad, el conjunto

entero de la educación superior

pública rompió sus vínculos

políticos y funcionales

con el Estado. La alianza con

la intelectualidad liberal que

forjaron Manuel Ávila Camacho

(con la Ley Orgánica de

la UNAM y la reforma del

tercero constitucional) y Miguel

Alemán (con la creación

de Ciudad Universitaria) se

rompió.

La fuerza moral del PRI

y de los gobernantes “revolucionarios”

sobre la juventud

entera se perdió, lo cual significa

—nada más y nada menos—

que el sistema perdió

su capacidad de renovación.

El PRI devino un partido sin

jóvenes, integrado en exclusiva

con personas “mayores”,

y con el pasar de los años se

hizo un partido político senil,

chocho, desprovisto de

sangre nueva. Tendencia que

conserva hasta ahora (2008).

La experiencia de la represión

condujo a una parte

de las fuerzas estudiantiles

al radicalismo. Quienes vivieron

Tlatelolco (de forma

presencial o psicológica) no

comprendieron que ese acto

violento era un acto aislado

de los gobernantes contra un

grupo particular y relativamente

aislado del resto de la

población (de ahí la sorpresa

e indignación de quienes, al

salir de la Plaza, vieran a la

gente caminando en las calles

tranquilamente como si

nada hubiera ocurrido).

La tragedia fue un acto

localizado y la apócrifa explicación

que recibió el público

sobre los hechos fue clara y

sencilla: “Los estudiantes habían

recibido a balazos a los

militares”. No hubo otra explicación.

Las víctimas de la

represión no eran capaces de

Reprimir a los estudiantes en Tlatelolco fue un grave error político y el

precio que México pagó por ese error fue gigantesco. En primer lugar, una

generación entera de estudiantes de educación superior se polarizó frente

al Estado de la Revolución Mexicana y pasó al campo de la oposición. Otro

tanto ocurrió con los maestros.

2007 / 15

percibir su soledad política,

de ver la condición localizada

de su tragedia, ellos interpretaron

lo acontecido de forma

egocéntrica, “como un derrumbe

total de la legalidad”,

“como el fin de la democracia”,

“como el arribo del fascismo”,

etcétera. El Estado

mexicano—pensaron ellos—

ya no admitía protestas dentro

del marco de la legalidad,

por lo tanto, el camino de la

lucha legal y pacífica había

llegado a su fin.

Después de la represión

el movimiento estudiantil,

bajo el efecto desmoralizador

de la represión, perdió

aceleradamente su carácter

de masas, se diluyó y fueron

pocos —muy pocos—lo que

mantuvieron encendida la

llama de la lucha. Esos poco

se organizaron en torno a los

llamados Comités de Lucha

(CL). Pronto no hubo otra

acción dentro de las escuelas

que la acción desplegada por

los CL. Éstos, por su parte,

se aceleraban día con día. Su

misma soledad era el motor

de su creciente radicalismo,

pues comprendían —erróneamente—

que la vocación

de protestar y combatir al

autoritarismo era una capacidad

exclusiva de minorías,

vanguardias, élites. El “activista”

era, por tanto, un ser

superior a la masa.

En ese contexto proliferó la

ideología el marxista, pues ella

ofrecía una justificación moral

y política de la actividad vanguardista.

¿Acaso no el Qué

hacer de Lenin no afirmaba

que la revolución era principalmente

tarea de las vanguardias

revolucionarias?

El discurso marxista arropaba

moralmente a los militantes

radicalizados justificando

“el odio contra la clase

explotadora” y les confería

una coartada ética superior

diciéndoles que su actividad

se inscribía en la Historia”.

Esa radicalización y elitización

son un fenómeno

característico de todos los

movimientos estudiantiles

“derrotados”. Los estudiantes

rusos, a fines de la década

de 1870, y en la “sombría década

de 1980”, llegaron a la

conclusión de que la revolución

social debía ser llevada

a cabo por la minoría intelectual,

por individuos de pensamiento

crítico. Los actos

individuales de terrorismo

eran aptos para poner en movimiento

las fuerzas básicas.

El movimiento estudiantil

ruso escogió el camino del

terrorismo y la auto-inmolación

(Feuer, 1969: 77-78).

Las actitudes vanguardistas

y los sentimientos condensados

de odio, coraje, re16

/ Politeia Nº 23

Memoria del 68

sentimiento ahijados

entre los CL

pronto comenzaron

a extenderse

hacia otros planos

de acción política

como: a) el movimiento

popular;

b) el sindicalismo

universitario, y c)

las organizaciones

políticas de

izquierda.

El abandonar

la universidad

para “ir al

pueblo” era una

idea difundida

por agrupaciones

de diversa orientación,

entre las

que destacaban

los grupos maoístas

y los grupos

de perfil socialcristiano.

El argumento

que usaban

para actuar de este modo era

contundente: los hechos de

1968, en especial su desenlace,

habían confirmado que

los estudiantes eran un grupo

social “pequeño-burgués”,

frágil, veleidoso, etcétera.

En cambio la fuerza decisiva,

determinante, residía en

la clase obrera, el campesinado

o, en general, el pueblo.

Había, pues, que cambiar de

frente de lucha, salir de las

aulas, acercarse al pueblo,

organizarlo, prepararlo para

futuras jornadas de lucha.

El movimiento en favor

de un sindicalismo universitario

precedió a 1968, pero se

reanimó con el impulso y la

energía del movimiento estudiantil.

Su demanda principal

(que la legislación que

regía las relaciones laborales

en todo el país se hiciera vigente

en la universidad) era

irreprochable, pero no era un

movimiento “de izquierda” o

“radical”, sino que adquirió

progresivamente esos rasgos

a medida que se “contaminaba”

del espíritu de los comités

de lucha.

El sindicalismo universitario

con el tiempo adoptó una

suerte de ideología economicista-

radical según el cual

las autoridades universitarias

eran una representación de

la “clase dominante” y que

los trabajadores universitarios

eran, por su parte, una extensión

de la “clase explotada”.

En algunos casos

este extremismo

se asoció con un discurso

corporativo y

formas de acción

gremial pervertidas

que protegían el no

trabajo, el nepotismo,

el favoritismo,

la no evaluación del

trabajo, etcétera. A

la postre el sindicalismo

triunfó, pero

en muchos casos

los sindicatos se había

corrompido con

estas orientaciones

y, por lo mismo,

contribuyeron a la

decadencia de sus

universidades.

Pero donde

más se difundieron

las actitudes sectarias

y doctrinarias

fue entre las agrupaciones

políticas.

Algunas fuerzas opositoras

radicales (hasta entonces

marginales) capitalizaron el

malestar estudiantil (el Partido

Comunista Mexicano, el

Grupo Comunista Internacionalista

de tendencia trotskista

y otros grupos menores;

más tarde aparecieron los

grupos guerrilleros). Hubo

un periodo de completa oscuridad

que ensombreció

a todas las universidades:

1972-1976.

En esos años la escena

política fue dominada por

los grupos guerrilleros urbanos

y por el terrorismo que

sembraron por toda la república.

No hubo casi espacio

para practicar la política-po2007

/ 17

desapareció totalmente y el escenario

universitario de México

fue ocupado por pequeñas

vanguardias dispersas y violentas

cuyo discurso radical

era de estricto autoconsumo.

Pero la clase política

priista —que desde 1968

se hundió en el desconcierto—

alcanzó a percibir que

había llegado el momento

del cambio y comenzó a dar

pasos en ese sentido. En

1971, con la “apertura democrática”

se inició un proceso

lento pero continuo de

liberalización en los medios

de comunicación; en 1976

se expidió una Ley de Aministía;

en 1978 se consumó

la primera reforma política

de perfil democrático.

lítica. Poca eficacia tuvieron

las iniciativas del presidente

Luis Echeverría Álvarez para

atraer al estudiantado universitario

cuando el movimiento

estudiantil organizado y de

masas estaba siendo destruido

día con día por los grupos

guerrilleros, en particular

por la Liga Comunista 23

de Septiembre que desde su

surgimiento (inicios de 1973)

se lanzó a atacar a los “demócratas”

y a los “traidores líderes

del 68”.

En esos años trágicos en las

universidades se produjeron

insospechadas expresiones de

antidemocracia, al punto que

varios maestros fueron asesinados

dentro de los claustros

por los guerrilleros.

Colaboradores

Marcelino Perelló Valls

Fue dirigente del movimiento estudiantil de 1968.

Miembro del Consejo Nacional de Huelga (CNH).

Mexicano nacido en México de familia catalana.

Actualmente colaborador en el diario Excelsior y

conductor del programa En sentido contrario, de

Radio UNAM.

Jorge Medina Viedas

Ex rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa

(1981-1985). Director del suplemento universitario

nacional Campus Milenio. Actualmente representante

de la Universidad Veracruzana en la

ciudad de México.

Gilberto Guevara Niebla

Fue dirigente del movimiento estudiantil de 1968.

Miembro del Consejo Nacional de Huelga (CNH).

Actualmente es candidato a Doctor por la Universidad

de Londres. Director de la revista Educación

2001.

José J. Sanmartín

Profesor de la Facultad de Ciencia Política y Administración

de la Universidad de Alicante, España.

Moisés Vega

Poeta mazatleco.

Bruno Ariel Rezzoagli

Director de la Universidad de Durango Campus

Morelia. Doctor por la Universidad de Salamanca,

España. Postdoctorado (Conicet-Universidad Católica

de Santa Fe)

Ernesto Hernández Norzagaray

Profesor e investigador de la UAS. Presidente de la

Sociedad Histórica Mazatleca A. C., y de la Sociedad

Mexicana de Estudios Electorales.

William Jensen Díaz

Estudiante de la carrera de Ciencia Política y Administración.

Universidad Iberoamericana Campus

Puebla.

Roberto Angel Airola Herrán

Economista. Se desempeña actualmente en la Unidad

Académica de Ciencias Económicas y Sociales

(UACES) de la UAS.

Omar Garfias

Colaborador en diversas publicaciones de política

y cultura. Actualmente es Subsecretario de Desarrollo

Social en la Secretaría de Desarrollo Social y

Sustentable. Gobierno del Estado de Sinaloa.

Como secuela de Tlatelolco,

el movimiento estudiantil

mexicano invirtió su sentido:

de ser una expresión democrática

se volvió una lucha

radical contra el movimiento

estudiantil democrático y

contra la democracia en general.

“No queremos democracia,

queremos revolución”

proclamaban los alumnos

radicales en una reunión de

1972. Los demócratas eran

los enemigos a vencer (esta

orientación antiestudiantil y

antidemocrática lleva a pensar

en la probable infiltración

por agentes encubiertos de

esos grupos radicales).

En poco tiempo el movimiento

estudiantil de masas

de orientación democrática

18 / Politeia Nº 24

Análisis

2008 / 19

Análisis

José J. Sanmartín I. Introducción.

Bajo el engañoso revestimiento de un izquierdismo

purista y maximalista, el actual Presidente

de la denominada República Bolivariana de

Venezuela asume para sí un papel deliberada

y conscientemente centrado en la implementación

de un liderazgo bonapartista. Un caudillaje, además,

que se pretende transversal y continental. El chavismo es un

movimiento ideológico calculadamente difuso que busca la

hegemonía en América Latina. Un nuevo redentorismo mesiánico

surgido de los despojos causados por la corrupción

de la política convencional en Venezuela. El populismo de su

régimen personal –como espléndidamente ha sido analizado

por diversos estudiosos- pertenece a la esfera de lo instrumental,

pero el verdadero núcleo duro de su motivación política

(Chávez es tosco y demagógico, pero no ingenuo) pretende la

consecución de un sistema de gobierno basado en la reverencia

pública hacia una figura totémica, la domesticación de la

sociedad civil, la erosión de la oposición política, el control de

los sectores productivos, el recorte de la libertad de prensa,

entre otros efectos perniciosos, y todo ello en aras a la posesión

efectiva e indefinida del poder, que es el objetivo último

Bajo el engañoso revestimiento de un izquierdismo

purista y maximalista, el actual Presidente de la denominada

República Bolivariana de Venezuela asume

para sí un papel deliberada y conscientemente centrado

en la implementación de un liderazgo bonapartista.

Un caudillaje, además, que se pretende transversal y

continental. El chavismo es un movimiento ideológico

calculadamente difuso que busca la hegemonía en

América Latina.

El régimen

bonapartista de

Chávez

Bajo el mismo título y autor

existe una versión preliminar

de este trabajo, gentilmente

editada por el prestigioso

periódico argentino en Internet

Crónica y Análisis (www.

cronicayanalisis.com.ar). El

presente ensayo, publicado en

la revista Politeia, se ha beneficiado

de un mayor desarrollo

en sus contenidos respecto a

la versión anterior. Será el lector

–como juez soberano- quien

decida si ello ha supuesto una

mejora cualitativa del artículo.

Por su parte, el autor desea

expresar su gratitud a los editores

de Crónica y Análisis y

Politeia, cuya profesionalidad

e independencia merece ser

puesta en valor.

20 / Politeia Nº 24

Los programas sociales

que promueve el

chavismo pueden ser

igualmente realizados

por un Estado

democrático eficiente,

con plenas garantías

legales para

los ciudadanos y sin

recortes a la libertades;

lección ésta

que deberá aprender

el próximo régimen

político venezolano.

Análisis

de su “revolución”. No hay

más; tampoco menos. El bonapartismo

de Chávez es, por

tanto, un medio para el uso

permanente, quasi ilimitado,

del poder.

II. Un cesarismo

populista.

Los programas sociales que

promueve el chavismo pueden

ser igualmente realizados

por un Estado democrático

eficiente, con plenas

garantías legales para los

ciudadanos y sin recortes a la

libertades; lección ésta que

deberá aprender el próximo

régimen político venezolano.

El surgimiento y ascenso de

Chávez obedece a un anhelo

insatisfecho de justicia social

por parte de la sociedad

venezolana. La deplorable

situación asistencial para los

sectores más desfavorecidos,

el galopante crecimiento de

la pobreza, entre otros factores,

activaron en 1998 el voto

favorable a la opción populista

encarnada por el militar

entonces ex golpista. Una

esperanza bonapartista, pero

una esperanza al fin y al cabo

para aquellos que se consideraban

abandonados a su suerte

por el “establishment”.

Las políticas sociales activas

deberán incorporarse como

parte sustancial de un nuevo

Estado de Derecho que haga

de la prosperidad y el Buen

Gobierno prioridades para

conseguir una verdadera sociedad

del bienestar.

El descrédito popular,

plenamente justificado, hacia

los partidos políticos tradicionales

activó un proceso de

incierto curso en el que todavía

está sumergida Venezuela.

Debido al raquitismo de

su gestión como Presidente,

Chávez ha emprendido una

huída hacia delante, donde,

a falta de otra cosa, aporta

propaganda e histrionismo.

En un magnífico análisis realizado

por López Padrino,

éste desenmascaró los fastos

progresistas de la escenografía

chavista cuyo régimen

“representa una opción política

que por sus limitaciones

ideológicas es incapaz

de atacar estructuralmente a

la pobreza y la explotación,

pero si capaz de desarrollar

programas populistas a fin de

consolidar el aclamacionismo

de su líder cesarístico”. Ciertos

aspavientos chavistas delatan

una pulsión iconológica

sospechosamente mussoliniana

–que parecen emular

la teatralidad bufonesca del

“duce” del fascismo en el

balcón de Palazzo Venezia-.

Al Primer Mandatario Nacional

venezolano le traiciona

su subconsciente. ¡Qué gran

personaje perdieron Miguel

Ángel Asturias y Arturo Uslar

Pietri!

En primer lugar, conviene

precisar que interpretamos

por bonapartismo no

el régimen del Emperador

francés, ni siquiera sus ideas

políticas, sino esa estela de

oportunistas mediocres que,

junto a las realizaciones más

eximias de Napoleón I, medraron

en diferentes lugares

para auparse al poder a partir

de Waterloo. El bonapartismo,

pues, es una degeneración,

una depravación cuando

también falta la moral,

de la obra magna que –con

sus luces y sombras- llevó a

cabo el “gran corso”. Aun de

manera irregular y con ciertas

salvedades, un gobierno

bonapartista fue el de su

propio sobrino, el homónimo

Napoleón III. Por bonapartismo

entendemos aquí un

régimen de poder personal,

donde su líder máximo ejerce

las funciones simbólicas

y ejecutivas, desde una clara

vocación de mando aplicado

mediante un cesarismo referendario

y aclamacionista

donde, por supuesto –y esta

es una gruesa diferencia respecto

a Napoleón I- la ley

queda anegada en la ciénaga

de la arbitrariedad. En este

contexto, resulta particularmente

brillante el magnífico

análisis que Alberto Filippi

ejecutó sobre la conexión

entre el gomecismo venezolano

(y su culto bolivariano

como lugar de encuentro) y

el fascismo de Mussolini, con

2008 / 21

sus apelaciones a la Roma

antigua. Y es que Chávez es

menos original –ideológicamente-

y menos izquierdista

-políticamente- de lo que

pretenden algunos corifeos

de vestales retóricas. La sombra

del gomecismo es todavía

demasiado ancha –y gravosasobre

el pensamiento político

que propala el chavismo.

“El uso del mito romano

en el fascismo, y del mito bolivariano

en el gomecismo,

parecen confirmar la necesaria

exaltación de los valores

autocráticos del poder político.

La perdurabilidad del

legado bolivariano, entendido

indiferentemente como

punto de partida o como

meta de retorno (de regreso

a los orígenes de la propia

historia) engendra toda una

concepción ideológica de la

historia y política-institucional

del Poder” .

En vez de avanzar hacia

una sociedad más abierta, laica

y tolerante (metas genuinas

y legítimas de la izquierda),

el bonapartismo chavista

ha preferido embarcarse en

la consecución de un objetivo

contradictorio con su propia

naturaleza ideológica: la creación

de una nueva religión

política, al objeto de lograr la

perpetuación en el poder; y

todo ello, en base a unos pobres

argumentos. Desde un

batiburrillo de ideas y prejuicios

de mil fuentes distintas,

FILIPPI, Alberto: Instituciones

e ideologías en la Independencia

Hispanoaméricana.

Buenos Aires, Alianza

Editorial, 1988, pág. 272.

a veces en choque entre sí, se

pretende instituir un consulado

“napoleónico” donde la

entronización republicana de

su máximo líder establezca

una dinastía ideológica –en

sentido político, no genéticoen

el gobierno de Venezuela,

y de los países que caigan

bajo su influencia (donde se

constituirían también regímenes

análogos, pues tal es

el apetito expansionista de

este bonapartismo caribeño).

Por justificados que estén

los deseos de cambio entre

las capas más desfavorecidas

de la población, víctimas

primeras de la corrupción y

egoísmo de algunas elites gobernantes

antes de la llegada

de Chávez, es claro que esta

modalidad de bonapartismo

no puede aportar la solución

a los problemas –en verdad

gravísimos- que afronta el

país. Y menos en el siglo XXI.

Resultaría cruel –y grotescocomparar

a Chávez con Napoleón;

entre otras cosas por

la inconsistencia que se da

entre las ideas que afirma defender

el actual primer mandatario

de Venezuela y la realidad

de su gestión política.

Así, al tiempo que mantiene

una posición oficial nítidamente

contraria al Gobierno

de los Estados Unidos, también

ha colaborado discretamente

con sus autoridades

en materias clave.

Chávez vive de la oratoria

que dedica a sus seguidores,

pero hace una política ambivalente,

con gestos radicales

y acciones contemporizadoras.

Un equilibrio difícil de

mantener –e imposible de

argumentar- cada vez que

se produce un escoramiento

hacia posiciones antioccidentales.

Chávez parece olvidar

que Venezuela es un país occidental

desde hace ya largo

tiempo, con una cultura política

plenamente integrada

en la misma civilización democrática

que comparte con

las naciones más prósperos y

desarrollados del mundo. Los

profesionales venezolanos,

por ejemplo, nada tienen que

envidiar –en preparación y

formación- a los de Francia,

Canadá, Reino Unido o España.

El intento de conducir

a Venezuela hacia lo que son

relaciones internacionales

contra-natura puede provocar

contracciones internas en

un país que, lógicamente, se

resiste a la vía tercermundista

a la que tiende el chavismo

más internacionalista. El

En vez de avanzar

hacia una sociedad

más abierta, laica

y tolerante (metas

genuinas y legítimas

de la izquierda), el

bonapartismo chavista

ha preferido embarcarse

en la consecución

de un objetivo

contradictorio con

su propia naturaleza

ideológica: la creación

de una nueva

religión política, al

objeto de lograr la

perpetuación en el

poder; y todo ello, en

base a unos pobres

argumentos.

22 / Politeia Nº 24

Análisis

combate contra la pobreza es

la causa más noble que existe,

pero se debe hacer para mejorar

todos, no para empeorar

la situación, incluso del

donante. Una cosa es luchar

contra el subdesarrollo y otra

es subdesarrollarse por una

malentendida “solidaridad”.

Sólo puede ayudar a los demás

quien antes ha resuelto

las necesidades básicas de

su sociedad. Venezuela ha

perdido años cruciales para

implementar una sólida política

de creación de empresas,

de responsabilidad social, de

extensión de la educación

de calidad, de atracción de

inversiones exteriores, de

reforzamiento de un efectivo

Estado de derecho con

garantías y deberes de obligado

cumplimiento. El abusivo

intervencionismo estatal

se sostiene sobre una realidad

energética y una ficción

económica: los petrodólares.

Pero éstos dejarán de manar

en cuanto la situación financiera

se haga insostenible.

Con el petróleo, Chávez sólo

ha comprado tiempo. Magra

inversión para un país tan

potencialmente rico como

Venezuela.

El Presidente “bolivariano”

es menos dogmático de lo

que parece, pero su acusado

oportunismo le obliga a mantener

un espectáculo político

permanente, siendo él centro

de atención y foco irradiador

de toda iniciativa. No soporta

que le interrumpan cuando

está hablando, y sólo él se

considera legitimado para

concluir sus intervenciones.

El problema de Chávez es él

mismo; ha creado una espiral

reactiva a la que él mismo no

puede sustraerse. Sus seguidores

más apasionados, esas

masas que le rinden culto

como a un Mesías renacido,

le exigen nuevos sacrificios

en el altar de un bolivarianismo

entendido y practicado

como teología dogmática.

Cada poco, Chávez debe alimentar

el fuego que él mismo

ha prendido; no hacerlo

significaría su propia inmolación

en una pira funeraria

que incendiarían sus acólitos

más extremistas. Chávez

ya está siendo víctima de sí

mismo. La irracionalidad

que él ha aupado al poder

en Venezuela se muerde la

cola y, previsiblemente, se

volverá contra el padre que

le ha dado vida. ¿El mito de

Frankenstein? Más bien un

caso de antropofagia política,

donde los creadores acaban

siendo devorados por los

creados. La única opción que

le resta a Chávez, para evitar

el fracaso de su movimiento

ideológico, exige por hacerla

más posibilista, moderada y

constructiva. De no producirse

ese cambio táctico… Pero

esta es una posibilidad que

Chávez no puede emprender

en su totalidad, como exigen

las circunstancias. Atemperar

su “revolución”, hacerla más

racional y respetuosa de las

leyes, sería un paso deseable

para la mayoría del país, pero

inasumible para los núcleos

“puros” de la ideología bolivariana,

ese autodenominado

“socialismo del siglo XXI”

que ha devorado –y también

destruido- ideas políticas

mediocres o excelentes con

la sola finalidad de levantar

una arquitectura de poder

socializadora y populista.

La izquierda democrática

y culta siempre ha estado

claramente alineada a favor

de la libertad política. Véase

sino el espléndido artículo

“Sobre reyes y autócratas”

(publicado en el diario INFORMACIÓN

de Alicante

el 20 de noviembre de 2007)

de don Ramón Martín Mateo,

ex rector de la Universidad

de Alicante, donde también

imparte docencia el autor de

estas líneas. Devorado por

una imparable espiral autodestructiva,

el bonapartismo

chavista genera opositores

por doquier (entre otros,

sectores militares y eclesiásticos).

Como afirma López

Padrino, el régimen bonapartista

venezolano, lejos de

El Presidente “bolivariano”

es menos

dogmático de

lo que parece, pero

su acusado oportunismo

le obliga a

mantener un espectáculo

político permanente,

siendo él

centro de atención

y foco irradiador de

toda iniciativa. No

soporta que le interrumpan

cuando está

hablando, y sólo él

se considera legitimado

para concluir

sus intervenciones.

2008 / 23

representar “verdaderas alternativas

destinadas a corregir

la distribución injusta de

la riqueza”, ha producido el

efecto contrario, además de

violentar “sistemáticamente

los derechos ciudadanos al

vulnerar la libertad de expresión,

al militarizar a la sociedad,

al penalizar a la disidencia

política, al imponer un

terrorismo de estado y judicial,

al conculcar derechos y

conquistas sociales (libertad

académica y de investigación,

libertad sindical, autonomía

universitaria)”. Sin embargo,

el chavismo, al menos hasta

ahora, ha logrado evadirse de

sus responsabilidades gracias

a un moderno sentido del

marketing, con importantes

campañas de imagen que visten

(en realidad, disfrazan)

de “conquistas” sociales lo

que son programas asistenciales

modestos y no especialmente

bien gestionados,

y elevan a la categoría de lo

proteico lo que sólo son hechos

nimios, incluso inexistentes.

La suplantación de la

realidad es otro de los efectos

perturbadores que produce

–industrialmente- este populismo

vacuo y errático, donde

la irracionalidad política

–con visos de romanticismo

utópico- campa a su aire. La

de Chávez es una narrativa

del poder que se basa en la

ficción de una soberanía popular

aclamada pero disminuida,

dirigida y subordinada

al liderazgo carismático.

Por su parte, la iconología

bolivariana que utiliza el

régimen chavista es una burda

excusa para justificar lo

injustificable. Venezuela no

puede dar pasos atrás en el

campo de la libertad política

(que, recordemos, constituye

el núcleo duro de la democracia)

en aras a la reivindicación

de una visión manipulada

–y ya periclitada- del

Libertador, en tanto éste es

usado como fetiche mediático

al servicio de un nuevo

culto al poder personal. Una

fuente de legitimidad que

provea de consistencia a un

producto ideológico radical,

con calculados resabios

antisistema, manufacturado

intelectualmente en España

y ejecutado materialmente

en Venezuela. Resulta grotesco

siquiera plantearse que

Chávez pueda erigirse en

continuador de la obra de Si24

/ Politeia Nº 24

Análisis

món Bolívar, pero es del todo

inquietante que haya todavía

ciudadanos responsables que

lo crean así... o que necesiten

venerar la liturgia política

chavista.

Antes de su advenimiento

a la Jefatura del Estado, el oficial

Hugo Chávez se manifestaba

contrario a la dictadura,

incluida la castrista. El vigente

régimen bonapartista venezolano

ha demostrado una

incapacidad patológica para

adaptarse a las circunstancias;

es por ello que el chavismo,

previsiblemente, sobrevivirá

a sus instituciones, reconstituyéndose

como corriente

ideológica de un bonapartismo

“izquierdista” panamericanista,

en base a una retórica

huera y superada, pero galvanizadora

y fanática.

Obviamente, se trata de

un populismo con ribetes neobonapartistas

que amenaza

directamente el andamiaje

del Estado de Derecho. Recordemos

el brillante estudio

realizado por el profesor José

Félix Tezanos sobre el neobonapartismo,

y el populismo,

en su aplicación general . El

bonapartismo chavista lo es

en su vocación de mando unívoco,

reforzado por un sentido

vertical de lo político; sin

embargo, el chavismo aporta

al menos una particularidad

significativa respecto al modelo

general bonapartista: el

TEZANOS, José Félix: “Populismo,

corporatismo y

neo-bonapartismo”, Sistema,

Madrid, número 129,

pp. 11-24.

2008 / 25

fanatismo de su elite dirigente

(en particular, el carácter dogmático

de las cohortes intelectuales

chavistas) ha generado

un híbrido político, con fuertes

elementos populistas, de

tal manera que al tiempo que

se pretende proyectar un discurso

público que trascienda

las clases sociales (bonapartismo),

también se procura la

ideologización interesada de

la sociedad venezolana desde

una posición hoscamente

doctrinaria (el socialismo “bolivariano”)

que, paradójica y

significadamente, tiene, en

la actualidad, una indiscutible

base popular de apoyo en

sectores sociales claramente

definidos. El chavismo produce

efectos disgregadores

en el país, pero también en

su propio movimiento político,

incurso éste, como puede

apreciarse, en fuertes contradicciones

que –inevitablemente-

provocarán mayores

crisis y escisiones. Si la ideología

oficial del régimen bolivariano

pretende la conquista

de la sociedad civil, deberá

abrirse a la misma; es decir,

resulta necesario asumir la

pluralidad intrínseca de Venezuela.

Y ello comporta,

necesariamente, renunciar a

la homogeneidad, rechazar el

monolitismo, para asumir la

viva diversidad que vertebra

una sociedad abierta como la

venezolana.

La dominación carismática

–recurriendo a la tipología

weberiana- ejercida por

Chávez puede clasificarse

como característica del “gran

demagogo”. Sin embargo,

este tipo puro establecido

por Weber aparece en el caudillo

bolivariano de manera

fragmentaria; el específico

liderazgo de Chávez también

reúne elementos y rasgos de

otros tipos puros, tales como

el de “profeta” e, incluso, del

“héroe guerrero”. Chávez ha

querido para sí una dominación

carismática revestida

con distintos puntos fuertes

que, teóricamente, haría más

resistente su poder personal

a cualquier tentativa sediciosa

desde dentro –o fuera- de

su movimiento. Nada más

lejano a la realidad. Su maniqueísmo

innato le ha hecho

ganar la entrega emotiva de

una parte del pueblo, pero

también le ha granjeado en

su contra al resto del país.

Una situación dicotómica

que no augura la necesaria

estabilidad que precisa todo

régimen político. Como indicó

Weber, se obedece al caudillo

carismático sólo mientras

sea capaz de mantener

visibles –y operativas- sus

cualidades como líder; “en

cambio, cuando es “abandonado”

por su dios, o cuando

decaen su fuerza heroica o la

fe de los que creen en su calidad

de caudillo, entonces su

dominio se hace también caduco”

. Chávez ha generado

una espiral de la cual no puede

desprenderse; su agresividad

verbal, por ejemplo, obedece

a una mecánica volcada

al mantenimiento del poder.

El carácter profético que

el chavismo se arroga queda

expuesto en su vocación salvífica,

casi redentora, que aplica

a proclamas y programas.

Un gobierno al servicio de la

“revolución”, que se anuncia

como el advenimiento de la

verdad y la justicia plenas.

La construcción utópica de

un mundo perfecto que exige

sacrificios personales y

materiales a la comunidad de

gregarios. Todo queda justificado

en aras a la consecución

de ese paraíso terrenal que,

con sublime prodigalidad,

recompensará las renuncias

y sinsabores ahora ofrendados

en el altar de la nueva

religión política. Pero, ¿y si

el parnaso de la igualdad no

llega? Al objeto de conjurar

la posibilidad de que la impaciencia

de las bases bolivarianas

derive en exigencia

hacia su dirigencia, Chávez

necesita producir “enemigos”

sobre los que focalizar

odios, resentimientos y frustraciones.

Parapetos y obstáculos

que impidan un análisis

WEBER, Max: Economía y

sociedad. Esbozo de sociología

comprensiva. México,

Fondo de Cultura Económica,

1984, pág. 712.

26 / Politeia Nº 24

Análisis

detenido, sereno y riguroso

del chavismo –en especial,

de sus deméritos. Una táctica

que, temporalmente, puede

tributar algún rendimiento

pero que, en el largo plazo,

se demuestra como una opción

contraproducente para

sus mismos practicantes.

Algo particularmente visible

cuando se constata la extraordinaria

popularidad que el

Rey de España tiene en la escena

internacional. Los ataques

al monarca lo son también

al sentido común y a la

misma esencia de la cortesía

diplomática; don Juan Carlos

es, sin discusión, el principal

activo de que dispone España

en sus relaciones exteriores

y, además, se trata de una

figura indiscutida –y admirada-

en la mayor parte del

mundo. Su prestigio, prestigia.

Estadistas, dirigentes,

empresarios, magnates, reyes

y presidentes, como también

los ciudadanos de tantos

países distintos, sienten una

especial veneración hacia el

líder coronado que trajo la

libertad y la democracia a su

pueblo. El camino inverso al

que parece estar recorriendo

Chávez. Por tanto, plantear

una ofensiva contra el Rey no

sólo ha sido una descomunal

estupidez política, sino un

error táctico de grueso calado.

Un “caudillo” del perfil

que propala Chávez no puede

sobrevivir a la comparación

con un rey constitucional

como don Juan Carlos.

La soledad diplomática de

Chávez en sus críticas al monarca

ofrece un panorama

de desolación que debiera

hacerle reflexionar, mas, si

cabe, cuando ni siquiera sus

acólitos más dependientes

(Ortega en Nicaragua, o el

castrismo cubano) le han secundado

de la manera enérgica

que el régimen chavista

espera. Y lo inteligente políticamente

para Chávez sería

buscar una salida airosa, que

sanee una “crisis” que sólo

existe en su verborrea irrespetuosa,

procurando tender

puentes entre su gobierno y

el de España; pues éste es el

conflicto real: la ofensa hecha

al Rey, en tanto la Corona es

una institución del Estado

que forma parte del sistema

de gobierno, lo es también al

conjunto del poder ejecutivo

español. Se puede obviar el

tono afrentoso en un momento

determinado, pero no de

manera permanente. Chávez

no puede esperar de ningún

Primer Ministro español que

comparta o justifique cualquier

ofensa proferida a su Jefe

de Estado. Y esto es algo que

está por encima de cualquier

adscripción ideológica, como

bien pudo verse en la Cumbre

de Santiago de Chilé.

Recordemos que, entre

otros efectos perniciosos, el

bonapartismo –cuando brota

en un sistema democrático-

tiene el dudoso honor de

fomentar el personalismo,

reforzando el papel dirigente

del caudillo carismático en

perjuicio de la organización

y, por ende, de las instituciones.

Ello, además, también

se conjuga con una tendencia

a “actuar de acuerdo a la lógica

que entiende la política

en gran medida como espectáculo

público, a través de

comparecencias personalizadas

del líder en los medios de

comuicación social” .

El protagonismo abusivo

del líder máximo se convierte

así en el mayor activo y,

al mismo tiempo, en la más

grave debilidad del sistema

político bonapartista. La

tipificación de éste, recordémoslo,

surge de las cenizas

de la revolución de 1848 en

Francia, cuando Marx estudia

el proceso de toma del poder

por parte de Luis Napoleón

Bonaparte, el que luego sería

Napoleón III. En El 18

Brumario de Luis Bonaparte,

Marx diseccionó magistralmente

la emergencia de

una nueva clase de régimen

político, basado en rasgos

TEZANOS, José Félix: Art.

cit., pág. 22.

Lo que Chávez pretende

para Venezuela

es el desmantelamiento

gradual e

inexorable de una democracia

imperfecta

e irregular, cuyos defectos

nadie justifica

pero que no validan

la eliminación del

propio sistema político

representativo;

más, si cabe, cuando

la democracia es un

hecho cultural inscrito

en los sentimientos

del noble pueblo

venezolano.

2008 / 27

tradicionales y modernos,

aunque volcado siempre a la

conquista –y conservacióndel

poder desde un pragmatismo

descarnado y ayuno de

cualquier miramiento moral.

Lo que Chávez pretende

para Venezuela es el desmantelamiento

gradual e

inexorable de una democracia

imperfecta e irregular, cuyos

defectos nadie justifica pero

que no validan la eliminación

del propio sistema político

representativo; más, si cabe,

cuando la democracia es un

hecho cultural inscrito en los

sentimientos del noble pueblo

venezolano. Chávez debe

comprender que los problemas

de una democracia se resuelven

con más democracia,

nunca con menos. De persistir

en su deriva mesiánica, el

chavismo ideológico acariciaría

–inevitablemente- la tentación

de proceder a la puntillosa

ejecución de la propia

idea de sociedad civil. De hecho,

el ordenamiento constitucional

del Estado de Derecho

venezolano era tan resistente

que pudo sobrevivir incluso a

las trapacerías finales de “copeyanos”

y “adecos”, cuyos estertores

políticos permitieron

el acceso de Rafael Caldera,

por segunda vez, al Palacio de

Miraflores. Éste, generalmente

reconocido como hombre

cabal, no dispuso de los medios

ni de los recursos para

enderezar la situación de su

país. El acceso –en puridad, la

irrupción- de Chávez a la Presidencia

de la República fue el

paso subsiguiente; un país político

embaucado por los cantos

de sirena que prometían

una revolución democrática y

una mejora sustancial en las

condiciones de vida.

La Cumbre de Santiago

como metáfora política.

El infantilismo político

de Chávez, su insignificancia

histórica, quedó expuesta, de

manera impremeditada, en la

Cumbre celebrada en la capital

chilena en noviembre de

2007. Reacciones viscerales,

necesidad insaciable de reconocimiento,

pulsiones narcisistas,

incapacidad para asumir

la crítica ni el debate, entre

otros elementos igualmente

susceptibles de psicoanálisis,

manifiestan a una personalidad

que somatiza el agravio y

socializa el dolor. Las provocaciones

de Chávez a distintos

mandatarios internacionales

(no sólo a la delegación española,

aunque ésta fue la única

que osó responderle con una

loable inteligencia diplomática)

escenificaron un conflicto

más agudo: la profunda aversión

que el bonapartismo

chavista siente respecto a la

consolidación del socialismo

democrático en el continente

hermano. La Cumbre de Santiago,

por tanto, representa

visualmente la debilidad del

chavismo, no su fortaleza.

Un jabalí herido que embiste

con rabia salvaje contra la

amenaza –cierta- de que la

socialdemocracia arraigue,

y triunfe, en América Latina

como ordenamiento políticoinstitucional

distinto al bonapartismo

populista. De manera

significativa, el chavismo

destila un odio ideológico

brutal contra la izquierda democrática,

a la que considera

una competidora real sobre

sus mismas bases populares.

28 / Politeia Nº 24

Análisis

Las interrupciones continuas

de Chávez a la intervención

del Primer Ministro español

iban también dirigidas contra

la presencia socialdemócrata

en el Cumbre; recordemos

que la Presidente Bachelet

de Chile no pudo o no quiso

cortar la palabra a Chávez,

quien impunemente embestía

–una vez y otra tambiéncuando

correspondía el turno

de palabra a otros mandatarios

iberoamericanos. Ese

grado de imposición sobre

la voluntad ajena, mediante

técnicas de matonismo dialéctico

que dejan inerme –en

una situación de pasiva servidumbre

psicológica- a la otra

parte, parece que se respiró

en esas sesiones de la Cumbre,

cuando los representantes

socialistas de algunos

países hermanos de América

Latina no fueron capaces de

ofrecer una alternativa a la

pirotecnica chavista.

El régimen autocrático

que, ladrillo a ladrillo, está

edificando el Ciudadano

Presidente de la República

desprende una patología

política que remite ineluctablemente

a la mentalidad

ensoberbecida y voluble de

una patología egoísta, que

pretende la autosuficiencia

aun cuando es susceptible

de sacudidas espasmódicas

en una retórica política

que le exige, ante sus correligionarios

bolivarianos,

sacrificar a otros “reos” de

“imperialismo” -o cualquier

otro “pecado”, generalmente

inventado- a los cuales el

líder supremo decida acusar

–sea un país o un dirigente

internacional, o contra una

parte de sus mismos compatriotas

en Venezuela-. La

idea subyacente de su oratoria

agresiva es que los interlocutores

siempre deberán

hallarse, como máximo, a la

defensiva, sin capacidad de

maniobra, inermes ante la

posibilidad de convertirse

en objetivo de la avalancha

dialéctica chavista. Un Gobierno,

y una nación, que

se hagan respetar jamás se

achantarán ante semejante

agresividad.

En este contexto, la actitud

demostrada por el Rey en

la Cumbre de Santiago –y, en

general, por el resto del Gobierno

de España, apoyado

por los países más independientes

a las presiones chavistas-

prueba su valentía y

responsabilidad; gracias a don

Juan Carlos, España salvó la

dignidad nacional para sí, y el

respeto institucional del conjunto

de Estados soberanos

que integran la Comunidad

Iberoamericana de Naciones.

La indicación del Rey

a Chávez se produjo en un

contexto de plena igualdad;

precisamente por ello nuestro

Jefe de Estado se dirigió a su

homólogo venezolano al considerar

que ello equilibraría

la ecuación diplomática, dado

que Chávez ninguneaba con

todo descaro la intervención

2008 / 29

del Primer Ministro español.

Las acusaciones –y las consiguientes

amenazas- proferidas

por el Presidente Chávez

contra la inversión española

en Venezuela recuerdan más

la pataleta de un niño maleducado

-y algo acomplejado- tras

quedar en ridículo ante todo

su colegio. Recordemos la

genialidad creativa de Charles

Chaplin, quien retrató espléndidamente

en “The Great

Dictator” la hiperactuación

gestual y demás rasgos de la

paranoia autoritaria.

Ante su grey fanatizada,

la leyenda de gallardía que

propala el chavismo ha sufrido

un duro golpe. Y Chávez

lo sabe. Un régimen que

hace del matonismo mediático

y de la fanfarronería dialéctica

armas preferentes para

socializar ideológicamente a

sus seguidores –y aterrorizar

a sus oponentes-, ha sufrido

una humillación infinita de la

mano de un monarca constitucional,

además de activo

demócrata, con sólo cinco

palabras. Un ejemplo modélico

de inteligencia política y

experiencia diplomática. Por

el contrario, la maquinaria

de propaganda al servicio del

chavismo, dentro y fuera de

Venezuela, lleva malgastadas

miles y miles de párrafos,

hablados y escritos, para

justificar lo injustificable.

Chávez perdió en la Cumbre

de Santiago, y esto ha

calado en la opinión pública

internacional. En vez de pasar

página, el orgullo narcisista

del líder bonapartista

–espoleado por la campaña

a favor de la reforma constitucional-

condujo a realizar

declaraciones absurdas en las

semanas siguientes a su fiasco

diplomático. Todo ello, junto

al creciente agotamiento de

cada vez más venezolanos,

produjo un mayor desgaste

a su movimiento político y el

consiguiente varapalo en el

referéndum celebrado a principios

de diciembre. Y todo

porque su líder mesiánico se

cree superador de cualquier

precedente tradición política

con vocación de hegemonía

en América Latina.

Lo importante para el

chavismo no es la veracidad

de los “cargos”, sino la efectividad

sobre la opinión pública

-tanto la venezolana como

la internacional-. Y es que, en

el fondo, el credo que predica

Chávez como Sumo Sacerdote

tiene ínfulas de ortodoxia

pseudo-religiosa, y una

tendencia creciente hacia

el fundamentalismo político

que, en términos prácticos,

se traduce en la extensión de

la tendencia autoritaria que

anida en el seno de este mo30

/ Politeia Nº 24

Análisis

vimiento ideológico. Aquellos

que cuestionen o simplemente

inquieran sobre la intención

última del chavismo

serán expulsados del paraíso

terrenal que es el sistema bolivariano;

además, sobre las

cabezas disidentes lloverán

improperios y descalificaciones,

dudas e insidias, en la

más aviesa tradición destructora

del adversario. Lisa y llanamente,

el chavismo se autoformula

como un dogmatismo

ideológico que excluye, por

definición, a los disidentes e,

incluso, a los “agnósticos”. Y

el Estado, ese nuevo Leviatán

dispuesto a casi todo, emerge

en esta doctrina como primer

protagonista de la vida nacional;

una sociedad civil que se

repliega ante el paso marcial

de una dictadura en ciernes.

Concentración del poder, laminación

de la crítica. ¿Y la

libertad? “Eppur si muove...»

Psicología del autoritarismo

mesiánico.

Como el grotesco personaje

Benzino Napoloni (la acerada

parodia chapliniana sobre Benito

Mussolini en “The Great

Dictator”), la psicología de un

dictador bonapartista tiende a

ser –en términos políticos- obsesiva,

mediocre, rencorosa y,

por tanto, voluble. Todo líder

mesiánico de personalidad débil

detesta hasta lo más hondo

que el mundo le vea hacer el

ridículo. El irreprimible afán

de protagonismo es sintomático

de una búsqueda constante

de reconocimiento y aprobación;

la necesidad –casi salvaje,

que bordea el exhibicionismo-

de sentirse admirado, ser

el centro de atención, que le

escuchen... y que le quieran;

en su defecto, que le teman y

le obedezcan. Efectivamente,

la ya develada intencionalidad

política del chavismo es

la construcción paulatina de

un régimen autoritario por la

vía de los hechos, no tanto

del Derecho declarado como

tal. Se trata de restar eficacia

jurídica y aplicación empírica

a los preceptos garantistas

que todavía subsisten en la

normativa venezolana –y, sobre

todo, en su sólida tradición

jurídica y democrática-,

sin declarar nunca la conclusión

formal de la democracia

y el Estado de Derecho en

el país. Una metodología de

poder demasiado conocida,

que requiere para ello de

actos de fuerza, de gestos

prepotentes que, como en la

insidiosa ejecutoria del fascismo

europeo, busca amedrentar

al entorno; conquistar

antes que convencer.

Una vez supere la rabia

del episodio, es deseable que

el todavía primer mandatario

de Venezuela –si recu2008

/ 31

pera cierta tranquilidad de

ánimo, serenado su espíritu-

comprenda que, incluso

por encima de su ego narcisista,

están los intereses de

su país. La política del palo

y la zanahoria que parece

aplicar Chávez sólo produce

una mayor sensación de inseguridad

jurídica entre potenciales

inversores en Venezuela.

Únicamente desde un

ordenamiento político y legal

estable se puede asentar

una fraternal relación como

la que deben tener España

y Venezuela. Toda presunta

actuación irregular por parte

de empresas y/o particulares

debe ser dilucidada al amparo

de una Administración

de Justicia en verdad independiente

y objetiva, que

provea de plenas garantías

jurídicas a las partes. El poder

político debe abstenerse

de influir sobre ámbitos que

provoquen una contracción

–efecto consciente del chavismo-

sobre las libertades y

derechos de los ciudadanos.

El ejemplo de países como

Brasil o Chile demuestran

claramente que existe otra

vía al desarrollo, reforzando

la democracia, con seguridad

jurídica para los empresarios

y las inversiones, junto

a programas públicos que

atiendan a la ciudadanía.

Y es que la psicología política

del Presidente de Venezuela

retrata una personalidad

atrabiliaria e insegura.

A pesar de la imagen pública

que difunde la propaganda

de su régimen bonapartista,

y su corifeo de acólitos internacionales,

el señor Chávez

muestra claros síntomas de

perdida del sentido de la realidad

política. Un grado de

alienación donde el mito devora

a la persona. Es probable

que, a estas alturas, Chávez se

crea realmente el heredero de

Bolívar y la gloriosa estirpe de

los próceres de la patria. Sin

embargo, para una persona

que hace de la fuerza resolutiva

el frontispicio de su efigie

ideológica, lo ocurrido en la

Cumbre Iberoaméricana de

Santiago de Chile, ha significado

una derrota psicológica

de la que el caudillo cesarista

todavía lame sus heridas.

El régimen chavista se

desgasta de manera inevitable,

aun cuando pueda capear

algunos temporales próximos.

La demagogia, y la ineficacia,

devora a sus hijos. Pero la

transición hacia un verdadero

Estado de Derecho deberá

acaecer de manera democrática

y pacífica; por voluntad

soberana del pueblo

venezolano. Toda agresión,

cualquier violencia contra el

actual régimen venezolano,

además de ser un acto inmoral,

convertiría al Ciudadano

Presidente en un icono perpetuo

digno de adoración por

parte de sus creyentes. Se

trata de ganar racionalidad y

democracia, de implantar la

moderación y el diálogo, no

de imponerlo a gritos. El gol32

/ Politeia Nº 24

Análisis

pe de Estado de 2002 fue tan

espantoso como la intentona

golpista del propio Chávez

una década antes contra el

gobierno legítimo de Carlos

Andrés Pérez. La desesperación

no es buena consejera.

El golpismo y la violencia

son el problema, no la solución.

Las metas de Venezuela

serán la reconciliación y la

reconstrucción. Y ello sólo

podrá suceder desde una

actitud pacífica, de ejemplar

ejecutoria democrática.

La pérdida de apoyos que

consume a este bonapartismo

es discreta pero creciente;

y, de manera señalada, al

chavismo le abandonan sus

mejores elementos, los que

todavía conservaban cierto

criterio. Es verdad que, a

pesar de esta casi imperceptible

cadena de deserciones,

el régimen “bolivariano” adquiere

nuevos apologetas,

pero también es cierto que, a

pesar del indiscutible talento

de algunos de ellos, otros

son particularmente dogmáticos

y/o interesados; los primeros,

llevados de su rígido

doctrinarismo, incapaces

de cumplir su cometido de

cautivar a la opinión pública

de sus respectivos países

y, claro, los segundos, más

atentos ante la expectativa

de conseguir los frutos de un

árbol todavía aparentemente

frondoso.

Ni un paso atrás; desde

el castrismo al peronismo,

Chávez pretende rebasar todos

los límites históricos. Ni

un paso atrás; como en los funerales

nibelungos, el bolivarianismo,

esa construcción intelectual

al servicio de la ambición

ilimitada de un moderno

dictador “social”, se apresta a

erguirse, saludando, ante su

propia muerte política.

El espectáculo debe continuar;

hasta el final, desde

el principio. ¿Teatro bufo?

He aquí la tragedia –y la injusticia-

que sufre el pueblo

venezolano. El episodio de

Chile marcará un antes y un

después en la percepción del

régimen chavista y, sobre

todo, de su líder fundacional.

Ante el imaginario público,

dentro y fuera de Venezuela,

se ha visualizado una vía de

agua en la nave chavista; una

fisura dentro de su régimen

–que Chávez, pésimamente

asesorado, hace más grande y

visible ante la opinión pública

internacional con sus imprudentes

declaraciones-.

Que nadie se engañe: la

provocación está en la esencia

misma del chavismo; no

se trata de un efecto colateral,

sino plenamente deliberado

al objeto de poner contra

las cuerdas a sus oponentes

ideológicos (demócratas

de distinto color ideológico).

A pesar del correctivo sufrido

en el referéndum del 2

de diciembre de 2007, Chavez

no se moderará, porque

políticamente no le interesa

ni le reporta nada sustancial.

El Ciudadano Presi2008

/ 33

dente continuará

su estilo hiriente

y provocador, pero

de otra manera (seleccionando

con

más cuidado a sus

nuevas víctimas

retóricas, decantándose

también a

realizar más crítica

formal, junto a su

perenne técnica

del ataque visceral,

etc.). Porque el

conflicto que activa

a Chávez sigue

abierto... y la izquierda

democrática

no le contesta,

creyendo que esto

“pasará”. No pasará;

sus “ofensivas”

aumentarán.

Conclusión.

El carácter enfático del régimen

bonapartista venezolano

está al servicio de su vocación

transversal, en cuanto Chávez

busca la consolidación de un

movimiento político superador

de las clases y de las ideologías

tradicionales. Aun manteniendo

la forma de un “socialismo”

sui generis, Chávez

no es un izquierdista típico; y

esto es lo que confunde a las

identidades políticas convencionales

(sean democráticas o

no). Necesita –obsesivamente-

la polémica endémica, la

amenaza estridente, para difundir

su bonapartismo como

nuevo Rubicón que separe

la mala de la buena hierba.

Su planteamiento maniqueo

pretende crear un cisma, una

división social como nunca

antes se haya visto en demasiados

países de América Latina.

Lo inquietante es que

Chávez está consiguiendo

ese objetivo. Y lo más grave

es que semejante finalidad

teológica podría lograrse incluso

más allá de Chávez; sin

él. El fermento que el chavismo

ha generado perdurará en

el tiempo, aun bajo distintos

nombres y fórmulas. No se

trata de una flor de invernadero;

el arraigo popular de

este movimiento ideológico

en segmentos sociales humildes

explica el fracaso –y

la corrupción- de la política

convencional en Venezuela.

Una llamada de atención para

cualquier alternativa que pretenda

emerger desde una posición

democrática. Eficacia

y honradez como baluartes

sagrados de la gestión

política.

El chavismo, por

su parte, fomenta la

división como estrategia

laminadora de

la oposición, y reforzadora

del propio poder

de la “revolución”

bolivariana. En un

contexto de enfrentamiento,

de choque

entre bandos rivales,

sólo un “caudillo”

como Chávez pretende

ser –u otros émulos

que surjan y/o le sucedan

en nuestra querida

América- podrían

autopostularse como

solución para las aflicciones

de la patria.

Se crea el problema,

para –inmediatamente

después- proveer

la solución… que es uno mismo.

Envenenar a la sociedad

para, así, someterla al precio

de suministrar un antídoto

siempre incompleto. Líderes

fuertes, resolutivos, militaristas,

enérgicos... con algo

de política social y mucho

de propaganda mediática.

Sin embargo, el desgaste de

su carisma, y la afección a su

posición institucional, se dejará

sentir a medio plazo. La

Historia recomienza en cada

ilusión humana, y la libertad

es su ansía perpetua, irreductible

a cualquier amenaza

o presión. La democracia

como ejercicio de dignidad

humana, de discernimiento

intelectual, de crítica racional;

y la libertad, siempre, su

vocación perenne.

34 / Politeia Nº 24

Análisis

2008 / 35

La República Italiana es un país formado por diferentes

regiones muy diversas entre sí. Desde el

norte verde con la cordillera alpina de montañas

enormes, hasta regiones con clima semiárido en

el sur, pasando por las grandes llanuras padanas.

Su variada topografía nos deja ver un país con muchos matices,

centro de la cultura occidental desde hace más de 2000

años.

La complejidad de su cultura, se refleja en la pluralidad

de partidos y sistemas electorales que tiene y ha tenido. Digo

sistemas electorales, puesto que en el entramado institucional

italiano conviven varios sistemas en los diferentes niveles de

gobierno haciendo muy difícil y complejo su estudio.

En el presente artículo haré un recorrido por la configuración

del sistema de partidos italiano desde la fundación de

la República en 1946 hasta la aparición del nuevo Partido Democrático,

que agrupa a diferentes partidos de la izquierda

moderada, para tratar de formar un bipartidismo en el caótico

sistema italiano.

1.Sistema Electoral

Gianfranco Pasquino nos dice que en Italia conviven varios

sistemas electorales. (Pasquino, 1995:154). Los sistemas electorales

en Italia varían de acuerdo a la elección que se tra-

Análisis

William Jensen Díaz

Sistema Electoral y

“Partido Democrático”

en la República Italiana

La República Italiana es un país formado por diferentes

regiones muy diversas entre sí. Desde el norte verde

con la cordillera alpina de montañas enormes, hasta

regiones con clima semiárido en el sur, pasando por

las grandes llanuras padanas. Su variada topografía

nos deja ver un país con muchos matices, centro de la

cultura occidental desde hace más de 2000 años.

36 / Politeia Nº 24

Análisis

te. Cabe hacer mención que

la Constitución Política de la

República Italiana establece

en el artículo 114 que “La

Repubblica è costituita dai

Comuni, dalle Province, dalle

Città metropolitane, dalle Regioni

e dallo Stato” (La República

está constituida por los

Municipios, las Provincias, las

Ciudades Metropolitanas, las

Regiones y por el Estado)

1.1 Municipales

1. Municipios con más de

15 mil habitantes: se

vota con el sistema de

mayoría absoluta y se

convierte en presidente

municipal aquel que

haya obtenido la mayoría

de votos siempre y

cuando haya tenido una

votación del 50%+1. En

caso contrario, se hace

una segunda vuelta en

donde el vencedor se

queda con el 60% del

cabildo como “premio

de mayoría” para asegurar

la gobernabilidad. El

resto de los asientos del

cabildo se reparten de

manera proporcional.

2. Municipios con menos

de 15 mil habitantes: es

aplicado el principio de

mayoría relativa. La planilla

triunfante se queda

con el 66% automáticamente

del “Consiglio

Comunale” o cabildo.

La Costituzione Della Repubblica

Italiana. Editoriale Bur,

Milano, 2006 (La traducción es

mía).

http://www.repubblica.it/speciale/

2005/elezioni/comunali/

1.2 Provinciales

1. Para las provincias aplica

el método usado para

los municipios con más

de 15 mil habitantes,

siendo muy importante

el premio de mayoría,

que garantiza la gobernabilidad.

1.3 Regionales

1. Para elegir al presidente

de la región aplica el

principio de mayoría relativa.

No hay segunda

vuelta en este caso. Sin

embargo, el consejo regional

es elegido con un

sistema mixto, en donde

la mayor parte son elegidos

los consejeros por

representación proporcional

(cuatro quintos) y

en menor parte por mayoría

(una quinta parte).

Cada región establece el

número de consejeros

que conforman el consejo

regional. Sólo obtienen

un puesto aquellas

listas que hayan obtenido

una votación mayor

al 3%. Si la lista ganadora

no obtiene mayoría

en el consejo regional,

se le otorga un “premio

de mayoría” hasta llegar

al 55% de los consejeros

regionales.

1.4 Parlamento:

1. Cámara de Senadores: El

Senado de la República

está constituido por 322

escaños, de los cuales 7

sistema.html

http://www.repubblica.it/speciale/

2005/elezioni/regionali/sistema.

html

corresponden a senadores

vitalicios. Los senadores

vitalicios son todos

los expresidentes de

la República, así como

hombres y mujeres prominentes

(Norberto

Bobbio, uno de los más

importantes politólogos

del siglo XX, fue nombrado

senador vitalicio,

por ejemplo).

Para la elección de senadores,

se aplica el principio

de representación proporcional.

Existen 20 circunscripciones

electorales para el

mismo número de regiones.

Los escaños se reparten de

manera proporcional tomando

como base a las circunscripciones

electorales. Cada

región con base en su población

es representada por

uno o más senadores. Existe

un premio de mayoría para

la coalición vencedora, con

el que se obtiene el 55% del

Senado. Cabe destacar que

existen seis senadores de las

circunscripciones “exteriores”,

que representan a los

italianos residentes en el extranjero.

2. Cámara de Diputados:

La cámara está constituida

por 630 diputados,

elegidos por el principio

de representación proporcional.

Si la coalición

ganadora no obtiene la

mayoría en la cámara,

se le “regalan” los escahttp://

www.repubblica.it/speciale/

2006/elezioni/senato/sistema.

html

2008 / 37

ños que le falten para

completar el 55% de los

escaños. Éstos se asignan

de acuerdo a listas

cerradas elaboradas en

cada circunscripción

electoral, para lograr la

mayor representatividad.

También votan los

italianos en el exterior,

siendo asignados para

ellos 12 escaños.

2. Forma de Gobierno

El Primer Ministro de Italia

es elegido por el Presidente

de la República, a sugerencia

de los líderes de las Cámaras.

Está sometido a un voto de

confianza por parte del parlamento,

que generalmente

vota a favor del líder de la

coalición triunfante.

Sin embargo, dentro del

sistema parlamentario italiano

“…todos los gobiernos italianos

han sido creados fuera

del Parlamento por un acuerdo

entre partidos ratificado

por el Presidente de la República”

(Pasquino, 1995:176).

Es importante recordar

que la República Italiana

nace de la derrota militar de

la Segunda Guerra Mundial,

por lo que era necesario reconstruir

al país completamente.

“El constituyente italiano

no tenía a su disposición

materiales históricos que pudiera

utilizar: se encontraba

con el problema de dar una

ley fundamental a un país

políticamente pulverizado”

(Maranini 1985:312).

Este es uno de los motivos

por lo que en un acuerdo

http://www.camera.it/

general en los inicios de la

República, los partidos políticos

dieron preferencia a

la organización política más

que a la lucha entre partidos.

La reconstrucción de

Italia llevó la década de los

cuarenta y parte de la de los

cincuenta, cuando se fue afirmando

cada vez más el llamado

“milagro italiano”, caracterizado

perfectamente en la

película “La Dolce Vita”, de

Federico Fellini.

3. Sistema de

Partidos

Italia, al tener un régimen

parlamentario, le otorga a los

partidos una fuerza muy importante.

Desde la unión de

Italia, a mediados del siglo

XIX, y con la reafirmación

de la democracia representativa,

se configuró un sistema

multipartidista. Es la crisis

de los partidos tradicionales,

que hace surgir al fascismo.

“Mussolini consideraba que

los demás partidos estaban

acabados, que ya habían

acabado su función y proclamaba

la renovación general”

(Bobbio, 2002:83).

Al superar la crisis y fractura

profundas en la sociedad

italiana después del fascismo

y de la derrota en la Segunda

38 / Politeia Nº 24

Análisis

Guerra Mundial, el sistema

italiano de partidos “resucitó”.

“En general, se ha observado

que el sistema italiano de

partidos de 1945 se asemejaba

notoriamente al sistema de

partidos de 1922. Gracias a la

representación proporcional,

sin duda necesaria para consolidar

el régimen democrático

incipiente, el sistema de partidos

reflejaba todos los matices

de la opinión pública italiana.”

(Pasquino, 1995:170).

Desde 1945 hasta 1993,

los gobiernos italianos tuvieron

la característica de ser

de centro, encabezados por

la Democracia Cristiana. En

1992-1993, el partido entra

en una profunda crisis, sobre

todo después de haber hecho

una alianza en el gobierno

con los socialistas en la persona

de Bettino Craxi.

En este momento entra

en escena “Forza Italia”, de

Silvio Berlusconi. Nos dice

Norberto Bobbio que “este

partido de Berlusconi es un

partido personal en sentido

literal, dado que no es una

asociación la que ha creado

a un jefe, sino que, al contrario,

es un jefe el que ha creado

la asociación” (Bobbio,

2002:80).

Berlusconi pierde la confianza

del Parlamento a tan

sólo 8 meses de recibir su

encargo, sucedido por Lamberto

Dini, un economista

que encabezó el llamado “gobierno

técnico”. Siguieron a

él diferentes gobiernos de izquierda,

hasta las elecciones

de 2001 en que Silvio Berlusconi

obtiene el poder, y se

mantiene como el gobierno

más longevo de la era republicana

y el segundo después

del gobierno Mussolini, tomando

como referencia toda

la vida de Italia como un

Estado unificado. Duró en

el cargo del 11 de junio de

2001 al 23 de abril de 2005.

Renuncia debido a la debacle

electoral de Forza Italia y su

coalición, llamada “Casa de

las Libertades” en las elecciones

regionales de ese mismo

año. Vuelve a construir su

gobierno ese día hasta el 2 de

mayo de 2006, en que cede

el poder a Romano Prodi

después de las elecciones de

abril de ese mismo año.

Como hemos visto en

este breve recorrido por los

diferentes gobiernos italianos,

coincido en que “por lo

general, los gobiernos de coalición

italianos han sido bastante

débiles, divididos según

líneas de partidos y de facciones,

a menudo beligerantes,

frecuentemente gobiernos de

gestión en minoría” (Pasquino,

1995: 173).

2008 / 39

La inestabilidad en los

gobiernos italianos ha hecho

necesaria la profesionalización

e institucionalización

del servicio público,

pues de lo contrario, ante

tanto cambio, la actividad

gubernativa sería de muy

corto plazo.

4. Características

propias del Partito

Democratico:

Con la debacle de los partidos

tradicionales (Democracia

Cristiana, Partido Comunista

y Partido Socialista),

Italia a partir de 1994 se fue

acercando cada vez más al bipolarismo.

Uno de los polos

era precisamente el Olivo,

que aglutinó a algunos partidos

de izquierda centrista

cercanos al catolicismo y a la

moderación.

L’Ulivo (El Olivo) estaba

conformado por varios

partidos políticos, relacionados

entre sí por estrechos

vínculos de liderazgo y de

recursos. Los partidos que

conformaban esta coalición

cerrada eran Democratici di

Sinistra, La Margherita, Partito

Democratico Meridionale

y Movimento Republicani

Europei. Me atrevo a decir

que era un “partido de partidos”,

puesto que los partidos

al interior del Olivo estaban

disciplinados a los postulados

del líder nacional del Olivo.

Esta coalición cerrada

surgió en 1995 como una

coalición de partidos de centro

izquierda que compitieron

juntos. El líder de esa

coalición fue Romano Prodi,

derrotado en las últimas elecciones

generales.

Posteriormente, y dada la

necesidad de presentar una

oposición fuerte y compacta

a los gobiernos populistas de

derecha de Silvio Berlusconi,

se conjuntaron diversas fuerzas

políticas de izquierda,

que conformaron “La Unión”

(L’Unione), que se presentó

a las elecciones de 2006, en

donde triunfaron por un muy

estrecho margen.

La ideología del Partito

Democratico es de centro-izquierda,

en donde se le busca

dar prioridad a la agenda

40 / Politeia Nº 24

Análisis

social. Un rasgo característico

de este partido es su

acercamiento con la socialdemocracia

europea, debido

a que mantienen (con otros

parlamentarios de otros países)

un grupo unitario en el

Parlamento Europeo.

Se basa mucho en el principio

de igualdad de oportunidades

y de justicia social.

Un ejemplo de esto, es lo

referente al tema de las pensiones,

que últimamente ha

causado diferentes problemas

al gobierno italiano. En

el mundo hay bastantes problemas

en torno a las pensiones

y a los regímenes de seguridad

social. Los Estados

europeos tienen un sistema

de bienestar bastante sólido,

que incluso históricamente

ha representado un paradigma

para otros Estados en el

mundo.

Se definen como una opción

europeísta y reformista.

Como mencionaba anteriormente,

mantienen estrechos

lazos de amistad y de programa

político con otros partidos

de centro-izquierda, como el

PSOE en España. La vocación

reformista estriba en el

hecho de la revisión del antiguo

régimen y sistema de

partidos, aparte de hacer una

fuerte autocrítica acerca de

su papel ante la sociedad.

Por ejemplo, cuando hubo

la fractura de la izquierda tradicional

italiana, los partidos

de izquierda buscaron formar

una serie de coaliciones que

garantizaran la permanencia

de la postura de izquierda

en el parlamento y lo lograron.

Sin embargo, ha habido

diversos problemas a la hora

de mantener la fidelidad al

grupo unitario.

Es importante señalar el

momento coyuntural en el

que estuvo este partido. El

14 de octubre de 2007, se hicieron

elecciones primarias

para crear el llamado “Partido

Democrático”, en el que

se disolvieron los partidos de

centro-izquierda para constituir

un solo partido.

Como ya he señalado, los

gobiernos en Italia se distinguen

por su inestabilidad,

debido a que muchas veces

los partidos integrantes de

las coaliciones no respetan

los pactos y votan contra el

gobierno constituido en el

parlamento.

Para evitar esto, nació

L’Unione, que era un conglomerado

de partidos de izquierda

que obtuvo el triunfo

en abril de 2006. Con la formación

de L’Unione, se vio la

necesidad de crear un parti2008

/ 41

do unitario que pudiera aglutinar

a las fuerzas de izquierda.

Es así como cada facción

empezó a postular diferentes

candidatos a la presidencia

del partido nuevo.

4.1 Facciones dentro

del Partido:

En el Partito Democratico

existen diferentes facciones,

producto de su condición de

“partido de partidos”. Los jefes

de los grupos que conforman

al partido, son líderes de diferentes

corrientes que buscan

encontrar un espacio de representación,

tanto en el parlamento

como en el gobierno.

Democratici di Sinistra

(DS): Este grupo está representado

por Massimo

D’Alema y Piero Fassino.

D’Alema es el principal exponente

de esta facción.

Fue uno de los puntales de

la oposición durante el gobierno

de Berlusconi, además

de ser uno de los principales

promotores del voto

para L’Unione en 2006, las

elecciones en donde triunfó

Prodi. D’Alema ocupaba el

cargo de viceprimer ministro

en el último gobierno de

Prodi. El candidato de DS

para la secretaría general

del nuevo partido fue Walter

Veltroni, alcalde de Roma y

obtuvo una intención de voto

de alrededor del 70% cuando

se hicieron las elecciones primarias.

Fue postulado por el

partido en 2008 a la caída de

Prodi, perdiendo las elecciones

políticas.

Margherita: Los principales

exponentes son Franco

Marini y Francesco Rutelli,

que ocupó el cargo de viceprimer

ministro en el gobierno de

Prodi. Se mostraban un tanto

renuentes a agrupar los partidos

dentro de uno solo, pero

para poder presentar un frente

común contra Silvio Berlusconi

y mantener al gobierno, deciden

también disolverse en el

partido democrático.

Romano Prodi: El ex primer

ministro es el líder del

Olivo. Sin embargo, se le ha

achacado falta de liderazgo

para poder controlar a las diferentes

facciones con las que

cuenta su partido. Fruto de

esto es la crisis de gobierno

que derivó en la caída del gobierno,

que no obtuvo el voto

de confianza del Senado.

Existen además grupos

como Italia de los Valores o

los Verdes, que son facciones

que no tienen un empuje suficiente

como para hacer estragos

dentro del partido. Sin

embargo, estos venden muchas

veces muy caro su voto

favorable, por lo que también

se han visto renuentes a unirse

al partido democrático.

4.2 Rendimiento

Electoral:

Lo sucedido en la elección de

2008 fue algo extraordinario.

Los italianos eligieron a Silvio

Berlusconi para primer ministro,

a pesar de los esfuerzos de

la izquierda moderada para

presentarse unida. Berlusconi,

como es conocido, tiene

pendientes varios casos ante

la justicia italiana.

El Partito Democratico

fracasó a la hora de presentar

una opción diferente de

izquierda al electorado italiano,

que prefirió volver al periodo

de estabilidad política

que caracterizó al gobierno

de Silvio Berlusconi.

No es propósito hacer

aquí un recuento del triunfo

del llamado “Pueblo de la Libertad”

(Popolo Della Libertà)

de Silvio Berlusconi. Sin

embargo, se puede apreciar

que es una coalición mucho

más débil y enfrentada que la

que lo llevó al poder en 2001.

El tiempo dirá qué tan fuerte

es la coalición de gobierno

actual en Italia.

En los anexos presento los

datos de las elecciones pasadas,

así como de esta última

en donde Berlusconi llegó al

poder con casi 10% más de

votos que Walter Veltroni.

5. El partido en el

sistema italiano

El Partito Democratico ocupa

un lugar muy importante

en el sistema de partidos,

puesto que es el contrapeso

fuerte al “Pueblo de la Libertad”.

¿Qué origina el auge de

un bipartidismo en Italia?

Desde mi punto de vista,

el bipartidismo en formación

existente en Italia es

producto de un bipolarismo

en las opciones que tienen

los electores a la hora de

votar, en donde el centro-izquierda

y el centro-derecha

están formando dos grandes

partidos para competir por

el poder, además que con

esto se logra darle mayor estabilidad

a los gobiernos en

el poder.

42 / Politeia Nº 24

Análisis

¿En qué radica el poder

político del Partito Democratico?

El poder político del

PD radica en su capacidad de

convocatoria y de la función

que hace de cohesión de las

fuerzas políticas de izquierda.

En Italia, son los partidos de

izquierdas los que movilizan a

la mayor cantidad de personas

para manifestaciones públicas,

por lo que es importante

saber hasta qué punto la capacidad

de convocatoria del PD

puede llevar a presionar al gobierno

de Berlusconi.

6. Conclusión

Para concluir, es necesario

hacer mención del papel

trascendental jugado por las

fuerzas políticas para lograr

que el sistema italiano funcione.

Como mencioné anteriormente,

tantos cambios de

gobierno y tan abruptos, nos

hacen pensar que no existe

un verdadero control por

parte del gobierno.

Sin embargo, las instituciones

y agencias gubernamentales

funcionan de manera

autónoma, por lo que se

logra una mayor eficiencia,

haciendo posible que el gobierno

“entre en acción”.

Por otra parte, el papel

que juega la izquierda en Italia

es muy importante. Desde

los tiempos de la Guerra Fría,

en que el Partido Comunista

Italiano era el partido comunista

occidental más fuerte

y más competitivo, hasta los

sucesivos gobiernos

de izquierda de

los años noventa,

nos hace ver a una

izquierda que juega

siempre dentro

de los parámetros

institucionales. Sin

embargo, en las

pasadas elecciones

de abril de 2008 la

llamada “izquierda

radical” quedó por

primera vez sin representación

parlamentaria.

La izquierda,

como hemos

visto en los datos

que presenté, se

ha vuelto cada vez

más moderada, por

lo que los partidos

de izquierda estén

girando a posiciones

más de centro,

por lo que podrían

ser absorbidos por el nuevo

Partido Democrático. Como

ocurrió en el parlamento, el

voto tradicional de la izquierda

se fue hacia el PD.

Bibiografía:

Bobbio, Norberto. “Diálogo en

torno a la República”, Tusquets

Editores, Barcelona, 2002.

http://www.partitodemocratico.it

http://www.repubblica.it/speciale/

2005/elezioni/comunali/sistema.

html

http://www.repubblica.it/speciale/

2005/elezioni/regionali/

sistema.html

http://www.repubblica.it/

speciale/2006/elezioni/senato/

sistema.html

La Costituzione Della Repubblica

Italiana. Editoriale Bur,

Milano, 2006

2008 / 43

Pasquino, Gianfranco en “La Política en Europa” de Josep Colomer. Ariel, 1995.

Maranini, Giuseppe. “Historia del Poder en Italia 1848-1967”, UNAM, 1985.

ANEXO:

Rendimiento Electoral en las elecciones:

Elecciones Políticas 2001:

Partido Escaños en el Senado Escaños en la Cámara de Diputados

L Ulivo 128 252

Refundación Comunista 33 11

Democracia Europea 2 -

Lista di Pietro 1 -

Casa de las Libertades 177 366

Otros 4 1

Elecciones Políticas 2006:

Partido Votos

Escaños en

el Senado

Escaños en la

Cámara de

Diputados

Unione (Olivo, Refundación Comunista,

Rosa en el Puño, Italia de los

Valores, Verdes, UDEUR Populares,

Partido de los Pensionados, SVP,

Socialistas de Craxi, Lista de los

Consumidores, Alianza Lombarda,

Autonomia Libertad y Democracia,

Vallèe D’Aoste, Liga del Frente

Veneto).

17.141.937 Senado.

19.061.108 Cámara. 158 348

http://www.repubblica.it/speciale/elezioni2001/index.html

http://www.repubblica.it/speciale/2006/elezioni/senato/index.html

44 / Politeia Nº 24

Análisis

Casa de las Libertades (Forza Italia,

Alianza Nacional, UDC, Liga Norte,

Nuevo PSI, Alternativa de Alessandra

Mussolini, Flama Tricolor,

No Euro, Pensionados Unidos,

Amienta-Lista, Partido Liberal Italiano,

SOS Italia, PRI, Nueva Sicilia,

Pacto para Sicilia, Pacto Cristiano

Extenso, Reformadores Liberales).

17.359.754 Senado

18.996.832 Cámara

156 281

Elecciones Políticas 2008:

Senado:

Jefe de la Coalición Listas Votos % Escaños

Silvio Berlusconi

El Pueblo de la Libertad

(Il Popolo Della Libertá)

12,510,306 38.174% 141

Liga Norte (Lega Nord) 2,642,166 8.062% 25

Movimiento

por la Autonomía

(Movimento per

l’Autonomia)

355,076 1.083% 2

TOTAL COALICIÓN 15,507,548 47,320% 168

Walter Veltroni

Partido Democrático

(Partito Democratico)

11,042,326 33.695% 116

Di Pietro Italia de los

Valores (Di Pietro

Italia dei Valori)

1,414,118 4.315% 14

TOTAL COALICIÓN 12,456,444 38.010% 130

Fuente: Elaboración propia con datos del Ministerio del Interior de la República Italiana.

2008 / 45

Cámara de Diputados:

Jefe de la Coalición Listas Votos % Escaños

Silvio Berlusconi

El Pueblo de la Libertad

(Il Popolo Della Libertá)

13,629,069 37,388% 272

Liga Norte

(Lega Nord)

3,024,758 8.297% 60

Movimiento por

la Autonomía

(Movimento per

l’Autonomia)

410,487 1.126% 8

TOTAL COALICIÓN 17,064,314 46.812% 340

Walter Veltroni

Partido Democrático

(Partito Democratico)

12,092,969 33.174% 211

Di Pietro Italia de los

Valores (Di Pietro

Italia dei Valori)

1,593,532 4.371% 28

TOTAL COALICIÓN 13,686,501 37.546% 239

Fuente: Elaboración propia con datos del Ministerio del Interior de la República Italiana.

46 / Politeia Nº 24

Análisis

2008 / 47

GERENCIA PÚBLICA:

Una aproximación al estudio

de la gestión estratégica en

el sector gubernamental

Bruno Ariel Rezzoagli 1. Planteamiento Previo

Desde aproximadamente tres décadas atrás

hemos comenzado a observar un proceso de

renovación del Estado (Arellano Gault, 2004)

a partir de iniciativas que van desde la reestructuración,

racionalización y reingeniería

administrativa hasta cambios en la rutina de la Administración

Pública, con el objeto de proporcionar servicios de calidad a

los administrados a partir de una gestión más eficiente.

La apertura económica, el desarrollo del mercado global y

la desregulación son rasgos distintivos que presionan al sector

público para que mejore su rendimiento.

Estos procesos de modernización administrativa han posibilitado

nuevas políticas de trabajo y mutaciones organizativas

cada vez más numerosas e inclinadas hacia fórmulas alejadas

de las pautas que hasta ahora regulaban el actuar público en el

marco del Derecho Administrativo (Nevado Batalla, 2005).

Dicha tendencia renovadora obedece a diferentes causas,

tales como la explosión de las comunicaciones, la percepción

En tal sentido, se puede afirmar que la noción de

“gerencia pública” proviene del término “management”,

de uso común en el sector privado, interpretado

como un sistema de explicación de la organización

a través de gestión estratégica, la cual se

asocia con la capacidad de los agentes para prevenir

y anticipar tanto las necesidades y demandas

sociales como el devenir de la organización

Análisis

48 / Politeia Nº 24

Análisis

de un servicio público grande

y costoso, el incremento

de la libertad individual, y

la creciente insatisfacción

con una burocracia atada a

la reglamentación que no

tiene capacidad de respuesta

(Campero Cárdenas, 2004),

entre otras, que desmoronan

los postulados en que se sustentaba

el modelo tradicional

de gestión pública.

Efectivamente estamos

ante el traspaso de una “cultura

administrativa”, donde el

ambiente de trabajo lo domina

la reglamentación, a otra

cultura gerencial, flexible

y enfocada a los resultados

(Campero Cárdenas, 2004,

pp. 149 y 150). Esto implica

que los administradores en

vez de simplemente aplicar

instrucciones, reglamentos o

procedimientos, comienzan

a asumir completa responsabilidad

por los resultados a

través de la gerencia de los

recursos puestos a su disposición

(OCDE, 1996).

2. Concepto de gerencia

pública

En el mundo de las decisiones,

de los análisis y de las

evaluaciones, es indispensable

contar con las personas

idóneas para que se lleven a

cabo todas las diligencias pertinentes

para alcanzar los objetivos

trazados previamente

en los planes y programas.

En los negocios, dichos directores

o administradores

reciben el nombre de gerentes

y su papel es esencial para

el correcto y eficiente desenvolvimiento

de la empresa,

en un ámbito caracterizado

por la competencia, la concurrencia,

el ánimo de lucro y

los constantes cambios.

En efecto, en el idioma

inglés los términos administration

(administración)

y management (gerencia) se

emplean indistintamente

(Calderón, 1982). No obstante,

la palabra administration

ha tenido una connotación

gubernamental o de organizaciones

sin fines de lucro,

mientras que el término management

ha sido utilizado en

el mundo de las empresas de

negocios.

En el idioma español, según

el diccionario de la Real

Academia, “administrar”

significa gobernar, ejercer

autoridad o mando sobre un

territorio y sobre las personas

que lo habitan, dirigir una

institución, y ordenar, disponer,

organizar en especial la

hacienda o los bienes (Real

Academia Española, 2001).

Por lo tanto, la “administración”

se refiere al proceso

de coordinar e integrar

actividades de trabajo para

que éstas se lleven a cabo en

forma eficiente y eficaz con

otras personas y por medio

de ellas (Robbins & Coulter,

2000). En lo que respecta a

“gerencia”, se entiende por

“gerente” la persona que dirige

los negocios y lleva la

firma de una sociedad o empresa

mercantil, y finalmente

por “gestión” se alude a las

diligencias conducentes al

logro de un negocio, la acción

y efecto de administrar

(Campero Cárdenas, 2004,

pp. 143 y 144).

En tal sentido, se puede

afirmar que la noción de

“gerencia pública” proviene

del término “management”,

de uso común en el sector

privado, interpretado como

un sistema de explicación de

la organización a través de

gestión estratégica, la cual se

asocia con la capacidad de los

agentes para prevenir y anticipar

tanto las necesidades

y demandas sociales como el

devenir de la organización

(Guadarrama, 2003).

Por ultimo, resulta importante

sostener que más

allá del uso indistinto de los

términos administración y

gerencia, hay autores que

sostienen que se trata de dos

conceptos diferentes, dado

que la “gerencia cubre única-

El paradigma burocrático,

que se constituyó

en la base de

la organización del

gobierno de las naciones

occidentales

durante la mayor

parte del siglo XX,

definía a la organización

en términos

de las funciones que

se le asignaban en

la estructura formal

y jerárquica de autoridad,

al enseñar

que la eficiencia de

la acción se debe a

la delegación específica

de autoridad

y a la ejecución de

procedimientos de

manera uniforme

2008 / 49

mente un aspecto de la administración”

(Gladden, 1966).

3. Postulados del

management público

La perspectiva del management

público tiene raigambre

en posturas doctrinales

que destacan la importancia

de la organización como respuesta

a los problemas y demandas

sociales; siendo su

rasgo distintivo la incorporación

de la visión de la empresa

privada a la Administración

Pública, privilegiando

la eficiencia organizacional

(Guaderrama, 2003).

La gerencia pública propugna

flexibilidad laboral y

libertad organizativa (Guerrero,

2004), con preferencias

a soluciones contractuales jurídico

privadas y mercantiles.

La decisión de huir hacia formas,

técnicas y mecanismos

de derecho privado radica

en el pensamiento de que la

eficiencia en determinadas

actividades públicas, concretamente

las de carácter económico,

requiere de organizaciones

autónomas guiadas

por criterios empresariales

con el objeto de responsabilizarse

directamente de los resultados

de su actividad. No

obstante, para Brewer-Carias

(1996) no estamos ante una

huida por parte de la Administración

del derecho administrativo

sino más bien ante

un devolver al sector privado

actividades que le son propias,

a partir de una reducción

del sector público.

Estas reformas representan

un “cambio de paradigma”,

por cuanto la esencia de

las mismas implica el surgimiento

de un orden distinto,

lo cual significa que: se revaloriza

la función del gobierno,

se transforma la cultura

del sector gubernamental, se

emplean en el ámbito público

términos propios del ámbito

de los negocios (cliente,

servicio, calidad, flexibilidad)

y se tiende a la descentralización

en detrimento de la centralización.

El paradigma burocrático,

que se constituyó en la

base de la organización del

gobierno de las naciones occidentales

durante la mayor

parte del siglo XX, definía a

la organización en términos

de las funciones que se le

asignaban en la estructura

formal y jerárquica de autoridad,

al enseñar que la eficiencia

de la acción se debe

a la delegación específica de

autoridad y a la ejecución de

procedimientos de manera

uniforme (Barzelay, 1992;

Guadarrama, 2003). No obstante,

las deficiencias de la

Administración burocrática

(proliferación de normas,

rigidez, inmovilidad, gasto

elevado) dieron origen al

conjunto de ideas que enmarcan

la nueva gerencia

pública, conocido como el

paradigma posburocrático.

Los defensores de esta

perspectiva gerencial consideran

que lo que resta eficacia

a la acción del Estado

son los excesivos controles

propios del derecho público

y la rigidez de los procedimientos

administrativos que

resultan inadecuados para

regular determinadas actividades

de la Administración.

Así pues, la regulación pública

de los contratos y de

los procedimientos de selección

de contratistas, con sus

principios de concurrencia

50 / Politeia Nº 24

Análisis

y publicidad, resulta contraria

a la flexibilidad y rapidez

preconizada por la ideología

empresarial.

A partir de la crítica a la

rigidez observada en el campo

de la administración burocrática,

y desde la necesidad

de adaptación a las nuevas

necesidades colectivas, la

postura gerencial incorpora

al concepto de políticas la

idea de cambio como imperativo

para la modernización

(Guaderrama, 2003).

Finalmente, en el discurso

de la nueva gerencia

pública sobresalen las nociones

de gestión gerencial y de

comportamiento organizacional,

que aluden al papel que

tienen los gestores públicos

para el mejor funcionamiento

de las organizaciones (Guaderrama,

2003). En este sentido,

Moore (1998) sostiene

que la acción de los gestores

es determinante para la creación

de valor público, dado

que el éxito gerencial en el

sector público radica en la

tarea de iniciar y redefinir las

actividades de modo tal que

incrementen su valor para el

público.

4. La Administración

Instrumental

y la huida del Derecho

Administrativo

La dinámica operativa actual

requiere una Administración

Pública menos lenta, y esto

es difícil dentro del marco

legal en que se encuadra la

misma. Recordemos que la

Administración en cuanto

ente soberano debe actuar

siempre acorde con la ley

y el Derecho (principio de

legalidad), en otras palabras

sólo puede hacer lo que la

ley le autorice y en el sentido

que ésta le indique; a

diferencia de los particulares

que actúan siguiendo el

principio de la autonomía de

la voluntad, pudiendo realizar

todo lo que la ley no les

prohíba.

Por lo tanto, en busca de

esa mayor libertad de actuación

por parte de los gestores

públicos, se produce la

denominada huida del derecho

administrativo al derecho

privado. Esto supone

el empleo de herramientas

–técnicas organizativas y

mecanismos de naturaleza

gerencial- del derecho privado,

dando como resultado

el surgimiento de organizaciones

de elevado riesgo en

la gestión de fondos públicos.

Esta huida se lleva a cabo

principalmente mediante la

creación de entes instrumentales

en forma jurídico-privada

(sociedades mercantiles),

a partir del principio de

descentralización funcional.

Como todos sabemos, la Administración,

haciendo uso

de su potestad organizatoria,

puede ordenar los recursos

materiales y humanos de

forma óptima para el cumplimiento

más eficaz de las funciones

que tiene encomendadas

(Nevado Batalla, 2003).

Existe, desde nuestro

punto de vista, una proliferación

de entidades instrumentales

creadas por las

Administraciones Públicas,

tales como entes instrumentales

en forma jurídico-pública

sujetos a derecho público,

entes instrumentales

en forma jurídico-pública

sujetos a derecho privado, y

entes organizados en forma

jurídico-privada.

Pero este escapar del

derecho público en aras

de una mayor autonomía

de gestión no siempre se

justifica. En efecto, Rivero

Ortega distingue, entre los

entes instrumentales en forma

jurídico-privada, los de

capital íntegramente público

que no actúan en rigurosas

condiciones de mercado

de aquellos que sí actúan

en condiciones de mercado.

Para este doctrinario español,

los primeros ostentan la

condición de poderes públicos,

apreciación que conlleva

negar su naturaleza privada

, por lo tanto, propone

una necesaria reducción

de la discrecionalidad en la

elección de la forma organizativa,

canalizando este tipo

de organizaciones hacia la

modalidad del ente público

sujeto al Derecho privado

y ajustándose a su régimen

contractual. Para los segundos,

si bien son sujetos de

naturaleza privada, ello no

quiere decir que no deban

respetar determinadas exigencias

jurídico-públicas

1En defensa de la tesis de la inconveniencia

de la forma jurídico-

privada para organizar este

tipo de entes, dada la contradicción

que implica organizar un

poder público en forma privada.

2008 / 51

que se derivan de los fines

que persiguen o de la influencia

ejercida por la Administración

Pública sobre

estos entes, que llevan aparejado

en muchas ocasiones

el manejo de los fondos públicos

en su gestión (Rivero

Ortega, 1998, pp. 279 y ss).

5. La eficacia como

principio inspirador

del nuevo manejo

público

El espíritu del nuevo manejo

público está movido por la

economía, la eficiencia y la

eficacia. Sin embargo, aunque

la razón principal de esta

tendencia modernizadora de

la gestión pública sea lograr

mayor eficacia; debemos anticipar

que no existen consecuencias

jurídicas que deriven

de la falta de eficacia.

Cabe aclarar que la eficacia

se refiere a la consecución

de resultados y al

cumplimiento de los objetivos

previstos. Principio que

toda Organización debe tener

presente en su actuación

(Rezzoagli, 2004).

Si seguimos a rajatabla las

reglas del gerencialismo, deberíamos

otorgar un elevado

margen de discrecionalidad

a los servidores públicos para

que lleven a cabo sus actuaciones

en forma rápida y atendiendo

a las nuevas demandas

sociales. Ahora bien, qué

sucede cuando las acciones

adoptadas son legales pero ineficaces.

Resulta difícil que el

gestor público infrinja la normativa

puesto que la misma le

proporciona un amplio margen

de maniobra; discrecionalidad

propiciada en busca

de una mayor eficacia.

Incluso, la excesiva discrecionalidad

otorgada al

servidor público encargado,

por ejemplo, de adjudicar un

encargo público podría contribuir

al encubrimiento de

prácticas corruptas, favoreciendo

a un licitante en detrimento

de los demás. Resulta

muy difícil probar el soborno,

el tráfico de influencias o

el abuso de información privilegiada,

que se encubren

detrás de un proceder legal y

honesto en el proceso de licitación

pública, puesto que

la normativa administrativa

de contratación no ha sido en

ningún momento vulnerada.

Ahondando más en esta

cuestión, volvemos a señalar

que justamente lo que propicia

este elevado margen de

maniobra o discrecionalidad

administrativa es un mayor

dinamismo en la actuación

del Estado, en otros términos,

una mayor eficacia. Pero si

no se alcanza esa calidad, ese

dinamismo, o no se cumplen

con los objetivos planteados,

nos preguntamos que sucede

en materia de responsabilidad

del servidor público. Es decir,

estamos ante el supuesto de

una actuación legal (no hay

ninguna infracción normativa)

pero ineficaz.

Ante tal situación, nos

atrevemos a decir que no

cabe atribuir ninguna responsabilidad

al gestor público.

No se le puede exigir

responsabilidad disciplinaria

porque no vulneró el estatuto

funcionarial del servidor

público, tampoco responsabilidad

penal porque no cometió

ningún delito (sólo fue

ineficaz), ni siquiera responsabilidad

patrimonial puesto

que aunque haya existido un

perjuicio económico para el

Estado no existe en este supuesto

una infracción legal

52 / Politeia Nº 24

Análisis

cometida por el funcionario.

Además, aquí no opera la responsabilidad

política porque

se trata de un cuadro técnico

de la Administración.

Por otra parte, cuando

el Estado crea una sociedad

mercantil para prestar servicios

públicos, podría celebrar

contratos siguiendo las

normas de derecho privado,

argumentando que se trata

de una persona jurídica diferente

al propio Estado y

organizada en forma societaria.

Bajo estos postulados,

tal como sucede en algunos

países , quizás no tenga legalmente

la obligación de llevar

a cabo un procedimiento

de licitación, propio del ámbito

público cuando las can-

Vid. Sentencia del Tribunal de

Justicia de la Unión Europea

de 15 de mayo de 2003 (asunto

c-214/00), por la que se declara

que el Reino de España ha incumplido

las obligaciones que

le incumben en virtud de la Directiva

89/665/CEE del Consejo,

de 21 de diciembre de 1989,

relativa a la coordinación de las

disposiciones legales, reglamentarias

y administrativas referentes

a la aplicación de los contratos

públicos de suministros y de

obras, en su versión modificada

por la Directiva 92/50/CEE

del Consejo, de 18 de junio de

1992, sobre coordinación de los

procedimientos de adjudicación

de los contratos públicos de servicios,

al no haber extendido el

sistema de recursos garantizados

por la directiva a las decisiones

adoptadas por las sociedades de

derecho privado bajo control

público.

tidades monetarias superan

cierto mínimo. Incluso nos

atrevemos a decir que aunque

esta sociedad mercantil

(que no es más que un brazo

de la Administración) no contrate

con el mejor oferente

(es decir no resulta eficaz) no

habría consecuencia legal alguna,

dado que la ley le posibilita

actuar de esta manera.

Además, no cabría la posibilidad

de interponer recursos,

por parte de cualquier

persona que tenga o haya

tenido interés en obtener un

determinado contrato, contra

las decisiones adoptadas por

estas sociedades de derecho

privado bajo control público.

Por lo tanto, ante el actual

saldo deficitario que arroja al

cuerpo normativo administrativo

a la hora de anudar

consecuencias jurídicas a la

ineficacia, defendemos la consecución

de los objetivos de

calidad y eficacia a través de

la legalidad, dado que no hay

mayor calidad que responder

de forma regular y continua a

las necesidades y expectativas

de quienes reciben un servicio,

concepto que está presente

en el Derecho Administrativo.

Es más, si por ejemplo

llegan a cumplirse con exactitud

las reglas que ordenan la

actividad administrativa formalizada

en el correspondiente

procedimiento administrativo,

entre otras: tramitación

con celeridad, facilitando al

interesado el ejercicio de sus

derechos y cumplimiento de

obligaciones, finalizando en

plazo con una resolución expresa

y motivada, etc. será sin

duda un proceder administrativo

de gran calidad (Nevado

Batalla, 2005).

6. Conclusión

La visión empresarial ha

otorgado a la gestión pública

los ideales con los que se

ha propuesto reinventar a

las organizaciones del sector

público para que operen con

capacidad de respuesta ante

los cambios en las necesidades

sociales.

Sin embargo, creemos

que la utilización de fondos

públicos en régimen de derecho

privado sin proporcionar

las correspondientes garantías

jurídico-públicas, se

convierte en un terreno fértil

para la corrupción. Efectivamente,

si bien el Derecho

Administrativo es un derecho

de privilegios para la Administración

también es garantista

del interés colectivo, al

sujetar la actuación administrativa

a una serie de exigencias

legales que determinan

su validez. Por lo tanto, en los

casos de fraude y corrupción,

el huir del Derecho Administrativo

se traduce en escapar

a la fiscalización, al control y,

por ende, a la exigencia de

responsabilidad.

En materia de control

y fiscalización de los caudales

públicos, adoptamos,

basándonos en la teoría del

levantamiento del velo, un

concepto “funcional” de Administración

Pública, considerando

a una entidad como

tal en función de su actividad

(de interés general, sujeta a

control estatal), composición

2008 / 53

de sus órganos

de gobierno

(más de la mitad

de los miembros

del órgano

de administración,

dirección

o supervisión

nombrados por

el Estado) y financiación

(mayoritariamente

pública); con total

prescindencia

del ropaje o

forma jurídica

que adopte o

vestimenta bajo

la cual se encubra.

No estamos

a favor de exonerar

a parte de

la Administración

Pública de

las garantías del

Derecho Administrativo,

pero

sí de la flexibilización

de los procedimientos

administrativos para hacerlos

operativos: reducir sus

plazos y trámites, estableciendo

las correspondientes

medidas cautelares.

Finalmente, sostenemos

que la desregulación no

debe entenderse sólo como

la quiebra de las formas rígidas

de proceder, revisar y

controlar, sino también como

regulación menos restrictiva

o como una reformulación en

la normativa de las organizaciones

del sector público.

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54 / Politeia Nº 24

Análisis

2008 / 55

La miseria de la

política

Ernesto Hernández Norzagaray Creo que fue el escritor alemán Hans Enzensberger,

quien escribió en los años ochenta del

siglo que se acaba de ir un texto revelador sobre

el lado miserable de la vida cotidiana de los

políticos –repito el lado miserable- porque el

lado feliz de la toma de las decisiones del bien público, puede

ser compensatorio en exceso de las tribulaciones de estos

personajes de la vida pública: el sentido del deber y el apego

a las ideas de bien, el reconocimiento público, la fama pública

o el paso ligero por los caminos de la historia. Maurice

Joly, un escritor del siglo XIX en su afán esculcar los límites

de la política pone a discutir en el infierno a Maquiavelo y a

Montesquieu sobre la ética en el acto de gobernar. Y, sin duda

alguna, fue Carlos Hank González quien elaboró una frase

que ha guiado a varias generaciones de políticos mexicanos

para el perjuicio nacional. Esa frase de miles de sobremesas,

como cualquiera recordara, no trata del principio platónico

del deber y la responsabilidad pública, menos de la honradez

del político, sino algo más llano que raya en un vulgar oportunismo,

representado en un juego perverso de cuatro palabras:

político pobre, pobre político.

Creo que fue el escritor alemán Hans Enzensberger,

quien escribió en los años ochenta del siglo que se acaba

de ir un texto revelador sobre el lado miserable de la

vida cotidiana de los políticos –repito el lado miserableporque

el lado feliz de la toma de las decisiones del bien

público, puede ser compensatorio en exceso de las tribulaciones

de estos personajes de la vida pública.

Análisis

56 / Politeia Nº 24

Análisis

La política, se nos dice, es

el arte de lo posible. Un arte

que nace con el surgimiento

de las primeras comunidades

humanas y, que se ha desarrollado

con puntualidad en

todas las subsiguientes culturas

alcanzando altos niveles

de complejidad con la llamada

tecnocracia y más recientemente,

la telecracia. Es la

práctica de una casta de individuos

dedicados al arte de la

persuasión no necesariamente

por medios morales y éticos.

Y es que la historia nos

enseña que cuando esta no

es lo suficientemente efectiva

tiene a la mano el recurso

de la guerra (“la guerra no es

más que la continuación de

la política por otros medios”,

nos amenazaría el terrífico

Von Clausewitz).

La historia, entonces,

registra a los políticos como

seres movidos por una pasión

que en muchas ocasiones se

desborda y llega a provocar

grandes y pequeñas conflagraciones.

Pero, cada país o

región, vive de manera distinta

esa realidad.

Políticos, ¡a la baja!

En México, con cierta regularidad

demoscópica la percepción

de los ciudadanos sobre

los políticos activos arrojan

algo que todos intuimos: los

políticos son mal vistos por

los ciiudadanos, se les ve en

el mejor de los casos, como

un mal necesario. Y pobres,

sí, aunque más de alguno de

nuestros lectores esboce una

sonrisa socarrona, porque las

tareas del político son frecuentemente

miserables y no

siempre bien remuneradas.

Veamos.

El político medio, ese militante

ambicioso que busca

subir por las escaleras congestionadas

de los partidos

o, aquel, que ya colocado en

la burocracia, ansía trasladar

ese poder hacia las posiciones

de gobierno. La sufren.

Si no forman parte de la nomenclatura

o, incluso, siendo

parte de ella, deben manifestar

una metamorfosis

de su vida cotidiana. Sí no

cuenta con un padrino, debe

hacer talacha desde abajo y

eso muchas veces significa

realizar labores de apoyo,

que como dijo Vicente Fox,

ni los negros quieren hacer:

abrir el local, estar a las

órdenes de los dirigentes,

tomar llamadas o realizar

gestiones ante una autoridad

de gobierno. El sueldo, si lo

hay, es para los camiones, las

tortas y los refrescos.

En épocas de campañas

electorales, o en las actividades

silenciosas que se realizan

el día de las madres,

de los niños, la navidad o el

día del ejido, que es cuando

se calienta el horno de las

clientelas políticas, son los

que se encargan en el absoluto

anonimato de que esté la

organización a punto con los

funcionarios de casilla “debidamente

capacitados”, la promoción

del voto partidario, o

en su defecto, la mesa puesta

y las sodas frías; las piñatas y

los pequeños regalos.

Servidumbre y

triunfos

Más aun, debe comprender

los códigos de comunicación

que el iniciado no logra dilucidar

frecuentemente en beneficio

propio. Y es en ese tejido

abigarrado de intereses,

donde se da cuenta que sólo

no llegará ni a la esquina, que

no subirá si no lo sube alguien

de arriba. Así, además,

se da a la tarea de hacer relaciones

públicas y eso no significa,

otra cosa que ponerse

a disposición incondicional

del superior jerárquico. Y eso

puede llevar a la humillación

en cuanto reclama capacidad

de leer el pensamiento,

palabra y obra, y satisfacer

sus requerimientos de cada

momento. En ese momento

forma parte de un grupo y,

como todo grupo que lucha

por el poder: atropella, pisa,

machaca, si es necesario, a

los “compañeros de partido”.

Eso eleva los niveles de

adrenalina que fluyen por su

cuerpo. Ya tiene enemigos.

Va por el cargo del partido o

una diputación local.

La historia, entonces,

registra a los

políticos como seres

movidos por una

pasión que en muchas

ocasiones se

desborda y llega a

provocar grandes y

pequeñas conflagraciones.

Pero, cada

país o región, vive de

manera distinta esa

realidad.

2008 / 57

La tensión sube porque

debe luchar con las armas de

la política por esa nominación.

O sea todas. Luego, en el hipotético

caso que lo logre, si

no es que desde antes, habrá

de echar una mirada al lado

infame de su historia personal.

Aquella que guarda en lo

más intimo y busca que nunca

se sepa, como podría ser un

político con malas amistades,

una foto comprometedora, el

doble frente marital o, si fuera

el caso, su homosexualismo.

El látigo de la moral dominante.

No vaya a suceder que

al calor de la campaña por el

cargo a alguno de sus adversarios

internos o externos, o uno

de esos pasquines, se le ocurra

filtrar ese pasado para descrédito

personal y desconfianza

de los posibles electores.

Esta incertidumbre la siente

mientras sonríe y estrecha la

diestra de los ciudadanos de

su distrito o municipio, los

flujos sanguíneos del recuerdo

de aquel “guardadito” que

sería materia prima de los discípulos

de Freud. Son los días

de campaña donde no existe

horario de inicio y menos de

regreso a los aposentos. ¿Hay

familia en ese momento?

Más allá de la foto que

manda el mensaje subliminal:

soy igual que ustedes o

lo que ustedes seguramente

desearían ser. El perfil social

del clasemediero. En

esos días intensos en promesas

siguiendo la máxima

del marketing “di lo quieren

escuchar los potenciales

electores”, cuando va de una

reunión a un cónclave del

partido, donde se discute

sobre la estrategia propia y

la de los principales adversarios,

cuando come mal y a

deshoras sobre un escritorio

lleno de papeles y en medio

del bla-bla-bla.

Agruras e insomnios

En el momento en que las

agruras le llevan a cada momento

a cubrirse las comisuras

de los labios para evitar

que se le descomponga el

rostro. Y las tazas de café y

los cigarros propios y ajenos

le ponen los nervios de punta.

Y hasta en esos momentos

está obligado a tener la mejor

sonrisa en los labios. Se

angustia hasta la desesperación

de que la lana se le está

acabando y los dirigentes del

partido, voltean a ver a otros

candidatos con “mayores

posibilidades” de ganar, es

cuando hace uso de sus ahorros

y hasta empieza madurar

la idea de que puede pedir

prestado o embargar uno de

sus escasos bienes patrimoniales

y cubrir los gastos de

lo que resta de la campaña

¿Y que dirá la vieja? Ya a esas

alturas no duerme. Se la pasa

en vela, piénsele y piénsele.

Se para y aspira profundamente

el cigarro a las cuatro

de la madrugada, como buscando

la idea maravillosa, el

contacto preciso.

Y llega el día de la jornada:

va con una ligera ventaja o

una pequeña diferencia, para

los nervios es lo mismo. Busca

de último momento cómo

mantener esa ventaja o cómo

superar esa diferencia. Y echa

mano de último momento del

Plan B de manera que busca

movilizar electores aun cuando

la ley lo castigue. Golpe

dado, ni dios lo quita –reza

para sus adentros cada vez

con la adrenalina más arriba.

El resultado electoral aunque

a favor es, como ahora

se acostumbra, cerrado. Propicio

para que el adversario

insatisfecho y conocedor de

las malas artes del contrario,

integre su expediente para ir

a los tribunales jurisdiccionales.

Son semanas de zozobra

sobre todo cuando sabe que

el expediente lleva documentales

que pueden ser definitivos

para su triunfo. Los días

son cortos y las noches son

En épocas de campañas

electorales,

o en las actividades

silenciosas que se

realizan el día de las

madres, de los niños,

la navidad o el

día del ejido, que es

cuando se calienta el

horno de las clientelas

políticas, son los

que se encargan en

el absoluto anonimato

de que esté la

organización a punto

con los funcionarios

de casilla “debidamente

capacitados”,

la promoción del

voto partidario, o en

su defecto, la mesa

puesta y las sodas

frías; las piñatas y

los pequeños regalos.

58 / Politeia Nº 24

Análisis

largas. Las ojeras, ya oscuras

empiezan a engordar, y la afabilidad

se ha transformado en

muestras de enfado con todo

y contra todos. Irritación velada.

Sutil.

Los medios de comunicación

dan vuelo a los reclamos

de la oposición que lo pintan

como un pillo roba votos.

Hasta una pinta malediciente

aparece frente a su casa

ante el desconcierto de los

vecinos y sus pequeños hijos

que ponen al padre como un

bribón. Al final llegó la sentencia

de la última instancia:

las pruebas aportadas por el

actor, aunque los hechos existieron,

no permiten suponer

que son suficientes para revertir

el triunfo del candidato

impugnado. Los adversarios

ante tal definición lo cuestionan

severamente, segmentos

de los ciudadanos expresan

manifestaciones de rechazo y

los medios de comunicación

tienen materia para varios

días. Y todavía su mujer le

hace la pregunta ácida: ¿valió

la pena? Mira como te traen.

En tanto, los del grupo

político lo animan con un

descorazonador: Así es la

política. Aguanta. En esas

circunstancias empieza su

carrera como legislador que

comparte con los enemigos

de dentro del partido y los

furibundos de fuera. Viene la

integración y el trabajo en las

comisiones parlamentarias,

el rezago es mayor y debe

participar en varias de ellas,

lo que le consumen horas de

sueño. Los grupos organizados

de su distrito electoral lo

buscan para solicitar alguna

gestión ante las autoridades

municipales y del Estado y

cualquier operador se siente

con las ínfulas de pedirle

chamba o una recomendación

con los de arriba.

Talacha y lípidos

No menos importante es la

presión que ejerce el partido,

que busca hacer de la gestión

una estrategia de acción política,

lo que lo lleva a recorrer

infinidad de veces no sólo su

distrito electoral, sino todo el

estado o los estados buscando

poner al partido en el ánimo

de los potenciales electores.

Su agenda siempre está

llena de reuniones y viajes

esporádicos cuando hay que

ir a ver a un grupo de campesinos,

colonos, amas de casa,

pescadores. Más temas para

la agenda. Hay que leer decenas

de iniciativas, minutas

y dictámenes; como también

prensa y de soslayo los pasquines

que siguen recordando

su historia privada. Grillar

con los compañeros del sector.

Concertar acuerdos con

las otras fracciones. Hablar

con el líder de la cámara. Enfrentar

a los periodistas que

le siguen preguntando sobre

su pasado poco honroso.

Gasta parte de sus ingresos

en sobrios trajes obscuros

y zapatos ad hoc. Asiste regularmente

a las reuniones del

partido y soporta estoicamente

horas de discursos reiterativos

y, por ende desgastados, que

terminan por acabar con sus

reservas mentales y sus cuotas

de imaginación. Permanece

sentado durante las mejores

horas del día, y en la noche,

con los glúteos aplastados, regresan

a su casa cargados de

problemas propios y ajenos.

Asumen tareas que los llevan

a otras reuniones que muchas

veces remite a cientos y,

hasta miles de kilómetros de

distancia, donde se vuelven

a sentar para escuchar nuevos

discursos con las mismas

coordenadas, quejas o reclamos,

que deben atender con

atención y sin sobresaltos innecesarios,

porque tienen que

ser medidos en sus opiniones.

Tragan corajes completos con

una sonrisa que muchas veces

les provocan pequeñas úlceras,

y soportan con alma de

misionero que las erupciones

gástricas se vuelvan grandes y

dolorosas.

Bien cabe la máxima de

que “la política es el arte de

tragar mierda sin hacer gestos”.

Son periplos que muchas

veces se saltan las horas

de los alimentos o en el ánimo

de la diplomacia deben

Y es en ese tejido

abigarrado de intereses,

donde se da

cuenta que sólo no

llegará ni a la esquina,

que no subirá si

no lo sube alguien de

arriba. Así, además,

se da a la tarea de

hacer relaciones

públicas y eso no significa,

otra cosa que

ponerse a disposición

incondicional del superior

jerárquico.

2008 / 59

comer lo que les sirvan, con

sus fuertes dosis de calorías,

harinas, sal, grasas, picante,

las que les provocan gastritis

y las úlceras se vuelven más

ácidas. No duerme bien.

Más aun, el dirigente

del partido puede llamarlo

a medianoche, cuando está

cumpliendo sus escasos deberes

maritales, debe dejar

aquello para mejor momento

y correr a donde se encuentra

el otro trasnochado que se

le ocurrió verlo después del

octavo whiskey. Sobre todo

cuando se preparan para la

siguiente campaña electoral,

las exigencias son mayores,

los políticos son propiedad

completa del partido y deben

renunciar prácticamente a todos

los pequeños placeres de

la vida para visitar a los ciudadanos,

conseguir recursos,

convencer a los activistas y, si

es necesario comprometer votos

con buenas y malas artes.

Pero, eso no es todo, los

años y el sedentarismo cobra

su cuota en la voluminosa

barriga, las carnes flácidas

y las grandes ojeras, los niveles

de los lípidos superan

frecuentemente las trescientas

unidades de colesterol y

triglicéridos. Y los niveles

de glucosa y ácido úrico no

andan mejor. Por algo de

todo eso, muchos políticos

padecen enfermedades cardiovasculares

y es la principal

causa entre este selecto

sector de la sociedad.

Quizá, por eso se preguntara

Hank desde el averno

ante la mirada suspicaz de

Montesquieu y la sonrisa socarrona

de Maquiavelo, después

de todas esas tribulaciones,

¿estar pobre? Carajo.

Cultura

60 / Politeia Nº 24

Fragmentos de

Memoria del cuerpo

Moisés Vega

I

Qué lento se desvanece

este amor ahora lejano,

amor que antaño se alzaba

punzante como herida.

Qué inútil y qué gris es el sueño:

estruendo que de golpe

retumba en el cerebro;

vórtice furioso que no es de aguas

ni de polvo ni de sangre

y es tan tibio y perfumado

como un pálido cuerpo en ruinas.

II

Vuelvo cansado

al monótono ritmo de antes

ya sin sangre en las venas

ya sin ver nada, ni oír nada

sino un prolongado escalofrío

siempre mezquino.

Mi alma es un abismo

más abismo que el océano

en donde fiebres hondas

se sueñan sin reposo.

III

No resisto el silencio,

salta en pedazos,

es viento sin mesura,

cincel que esculpe

el resorte del alba.

2008 / 61

Dentro de mí se esparce

un frío del cuerpo,

la profusa oquedad

de la rutina:

ecos del desarraigo.

Este olor y la luz,

este aire quieto

del nombre y de los huesos

cesará un día.

IV

Los he visto,

cruelmente los he visto.

Sin pena ni fiebre los he visto,

sin esta pesada sombra del día

que se debate y ruge

tras la memoria y sus vértigos.

Qué lástima, qué poca cosa

de aquel deseo jubiloso

que cantó junto a mi oído

ayes trémulos de dulzura.

VI

Habrá otros días,

otros mástiles izados sobre el

/ infinito,

habrá otros rostros,

otros días y otras lluvias,

otros senos maduros y dóciles

donde descansar la cabeza.

Y también ese dolor será en vano.

V

Altos como la muerte

los minutos arden en el barro,

se desangran en filo.

El día salta

hecho de sol y lodo,

es un tránsito de ecos y de

/ sombras,

yo mismo desparezco

a través de las cosas que

/ pronuncio.

Quedo distante,

desterrado del ruido.

Un tiempo hueco, sin testigos,

S e r p e n t e a,

N o s d e s h a c e.

VI

Todo el cielo es humo.

El viento entero

es el húmedo aliento de la tierra;

V e r t i g i n o s a m e n t e

han quemado mis ojos

los ruidos y las luces.

Estoy exhausto,

hasta las cosas remotas

que nunca he alcanzado

se tuercen y sangran

sofocadas de tedio.

Fragmentos de “Memoria del cuerpo” pertenece

al libro de poemas de próxima aparición:

Morir por la piel/Memoria del cuerpo de los

poetas mazatlecos Moisés Vega e Irasema

Orona, el cual es posible gracias al apoyo de

la Sociedad Histórica Mazatleca A.C. y Fundación

Telefónica.

62 / Politeia Nº 23

Libros

Volver al campo

Alfonso Cebreros M. acaba de poner a nuestro

alcance un excelente trabajo en donde analiza

a profundidad y desde una visión integral las

perspectivas del campo mexicano, un análisis

que pone el acento en el futuro, en las expectativas

de desarrollo de este importante sector, el significado e

importancia que adquiere para el desarrollo nacional el poner

a la política agropecuaria en el centro y como principio axial

para reorientar la economía hacia un modelo incluyente, sustentable

en el largo plazo y socialmente más equitativo.

Para recuperar un desarrollo endógeno aceptable y sostenible,

nos dice con una sólida y renovadora visión, tendremos

que empezar a reorganizar el campo y a partir de allí, elaborar

una sólida política industrial acorde con un mundo globalizado,

una economía abierta y con preeminencia de la información,

el conocimiento y la tecnología, todo lo demás han

sido parches y palos de ciegos que nos han llevado a correr en

círculo sin llegar a ningún lado, agregaríamos nosotros.

El eje conceptual de su análisis es la modernidad, el cómo

hacer un campo flexible, integrado, competitivo, que aproveche

los avances tecnológicos conservando el medio ambiente,

condición imprescindible para disminuir la pobreza en aquellos

núcleos más persistentes concentrados esencialmente en

el ámbito rural desde donde permean al resto de la sociedad

urbana y desgarran familias emigrando al extranjero.

El autor entiende la modernización como un proceso de

reformas permanente y continuo que trata de atender los cambios

que nos plantea la innovación que también es constante.

Una de las primeras diferenciaciones que se requieren en

la redefinición de la política agropecuaria es distinguir entre

la política productiva y la política de atención social (distinguiéndola

de la asistencial), aspecto no menos relevante dada

la revoltura de estrategias y acciones a que nos han llevado los

operadores de las políticas públicas, situación que ha traído

como consecuencia la perversión de subsidios y el confun-

La Modernización del Campo Mexicano ¿Imperativo o imposible?

Ed. Ideas y Voces. 2008.

Roberto Ángel Airola Herrán

2008 / 63

dir los medios con los fines. Las estrategias

productivas o sociales que no ofrezcan nuevas

capacidades para enfrentar los cambios,

avanzar en la equidad y fomenten la cohesión

social y una economía solidaria arrojan consecuencias

negativas para el sistema en su conjunto

y tarde o temprano se colapsan.

Cebreros señala de manera enfática que

los apoyos no pueden premiar la ineficiencia,

pero tampoco castigar al débil y mucho menos

al que produce, tampoco deben otorgarse

sin un objetivo de productividad y de valor

agregado, pero se deben otorgar con tiempo y

metas evaluables, sólo así se estaría actuando

en consecuencia con un país moderno, democrático,

más próspero y con mayor equidad.

Alejándose de la ortodoxos del mercado

que prevalecen aún en buena parte de la esfera

pública, sostiene que la posibilidad de que

campesinos y pequeños productores participen

en procesos de capitalización, depende

en mucho de las políticas de inversión pública

en infraestructura y tecnología, de abasto y

comercialización, de organización y asistencia

técnica y de fortalecimiento de capacidad

de autogestión. Pero en mucho también dependerá

de que dichas políticas se apliquen

sobre unidades técnica y económicamente

viables…que estimule la reagrupación de

predios y el uso de paquetes tecnológicos

modernos, que hagan recuperable el crédito

y permitan transformar las condiciones de

trabajo y de vida en el ámbito rural (p.57).

El trabajo de Don Alfonso rebasa las visiones

sectoriales para ver el desarrollo agropecuario

como una conjunción de factores

agroindustriales, de servicios, de financiamiento,

de potencialidades regionales, de esfuerzos

compartidos del sector público privado

y social, pero sobre todo pone en el centro

el capital humano, el enriquecimiento de la

capacidades, conocimiento y una nueva visión

sobre el desarrollo, mismo que exige de

empresarios comprometidos con el desarrollo

económico más equitativo.

Tal vez muchos de sus planteamientos

se hayan leído o escuchado en académicos

y estudiosos del medio rural que han cuestionado

el relativismo e ineficiencia de la

estrategia seguida hasta ahora, mismos que

han dado cuenta con creces de la crisis social

y productiva que padece el espacio rural,

pero el hecho de que una persona con la

experiencia, la trayectoria, la solvencia que

expresa Alfonso Cebreros al estar vinculado

a las más altas esferas de los organismos del

sector privado, la amplitud y sistematización

como ordenó su trabajo le da a los planteamientos

especial relevancia y refresca el debate

sobre la redefinición de una visión mas

integral, eficiente y moderna hacia el campo

mexicano.

64 / Politeia Nº 24

Caza de Citas

Samuel Schmidt es uno de los pocos académicos de

provincia cuyos análisis políticos tienen impacto

nacional. Ha transitado por distintos medios: La

Jornada, Unomasuno, Milenio, El Universal, Radio

, Televisa Ciudad Juárez y Radio Net . Es investigador

de El Colegio de Chihuahua y de la Universidad

Autónoma de Ciudad Juárez, dirige el semanario El Reto y

es autor de una veintena de libros en los que explora la relación

entre la sociedad y el Estado; entre éstos se encuentran:

Humor en serio. Análisis del chiste político

(1996), Los grandes

problemas nacionales (2003) y Las grandes soluciones

nacionales. (2005).

“Michael Coppedge. La gobernabilidad es una situación

de grado, que existe sólo “en la medida en que la relación

entre los actores (políticos) estratégicos logra arreglos que son

estables y mutuamente aceptables.”

“Urge una reflexión profunda y una reformulación sobre la

estructura de representación política social y de gobierno que

incluye, tal vez como prioridad, repensar a la élite de gobernación,

para que funcione como catalizadora de los cambios

requeridos.”

“El mundo tiene un serio problema de gobernación que

los políticos soslayan por estar involucrados en una conspiración

por el poder que facilita el abuso. Las expectativas de

los políticos se reducen a su permanencia en el poder, convirtiéndose

en un obstáculo para generar los cambios requeridos

para la reforma social.”

“La falta de control sobre las variables financieras y monetarias

ha puesto en tela de juicio a la soberanía tal y como

la conocíamos y ha limitado las posibilidades de intervención

en el plano interno para corregir los efectos negativos que las

transformaciones globalizadoras producen.”

“Los valores, las herramientas y las habilidades para encarar

el conflicto del pasado son inadecuadas para enfrentar

el conflicto presente y esto con frecuencia se maneja como

ingobernabilidad.”

“Una inadecuada capacidad de gobernar, que incluye paradigmas

obsoletos, un pobre entendimiento de los retos so-

Schmidt, Samuel. La capacidad

de gobernar en México,

México. Aguilar. 1997.

172 pags.

¿Como gobernar en

este Mexico?

Omar Garfias

2008 / 65

cietarios, prioridades sociales y económicas

distorsionadas y habilidades limitadas si no

es que caducas.”

“A menos que los sistemas políticos alcancen

niveles de participación que no dejen la

menor duda sobre su legitimidad y consenso,

la eficacia gubernamental requerida por la

apertura de mercados será contraria a la democracia.”

“Los pasos para “modernizar” una economía

abriéndola a la competencia deben

hacerse en una combinación sinérgica con

otras de las dimensiones principales de la arquitectura

societaria radical, lo que requiere

de capacidades de gobierno excepcionales.”

“Se requiere un rápido incremento de la

participación política, combinado con la reconstitución

de la sociedad civil en el medio

urbano y rural.”

“Subsidiariedad”. Este principio establece

que cada función debe ser desarrollada en

el nivel más bajo del gobierno o en las estructuras

no gubernamentales, aunque sea sujeto

a monitoreo por los cuerpos gubernamentales

de mayor nivel y con una autoridad de supeditación

selectiva preservada por el gobierno

central.”

“La problemática de la calidad cognoscitiva

y moral de los políticos es universal, y la situación

empeora cada día debido a los medios

masivos de comunicación, particularmente

por la influencia de la televisión en la política.

Sin embargo, el movimiento hacia lo que he

denominado “democracia de calidad” tomará

tiempo. Si un país como México de verdad

quiere realizar un esfuerzo para convertirse

en una sociedad próspera, se tienen que dar

ciertas condiciones sine qua non para mejorar

a los políticos, pues de otra manera la probabilidad

de que una arquitectura societaria sea

exitosa es verdaderamente muy baja.”

“Es urgente, para una transición política

pacífica, delinear acuerdos y otro pacto social

que amarre las voluntades y responsabilidades

de todos en torno a un proyecto nacional

de consenso.”

“Detener desagregación o pulverización de

los intereses, promoviendo su reagrupamiento

alrededor de grandes objetivos comunes.”

“La persistencia y éxito del régimen por

casi medio siglo se debieron al enlace vigoroso,

y conveniente en algún grado para todos,

así fuese en cuanto a esperanzas de solución

a sus problemas. Pero ayudó mucho el mayor

66 / Politeia Nº 24

Caza de Citas

auge mundial del capitalismo

que existió entre

1945 y 1970.”

“El discurso nacionalista

en ese lapso no fue

una invención ideológica,

ni el proteccionismo

una opción entre tantas,

sino la respuesta a condiciones

mundiales.”

“No había otra posibilidad

de industrialización

en medio de la

intensa protección mundial

y la gran astringencia

financiera.”

“El pacto del nacionalismo

revolucionario

fue roto y despojado de

contenido por las políticas

neoliberales desde

mediados de los ochenta,

al cancelar el gobierno

compromisos y formas de

solución de agravios que regularon la vida nacional

por décadas, sin crear nada que lo sustituyese,

ni darle vida plena al sistema legal.”

“El partido de Estado mexicano posterior

a 1940 puede entenderse como una gran coalición,

producto de la política de masas de la

revolución mexicana en general y del cardenismo

de particular, donde estaban representadas

casi todas las fuerzas sociales organizadas

importantes: campesinos, pequeños propietarios

y pequeños empresarios, obreros

y trabajadores sindicalizados en general, la

burocracia estatal, organizaciones de profesionales

y, por un tiempo, el ejército mismo.

Fuera del partido, pero igualmente sujeto a

disciplina presidencial, estaba el gran capital

industrial, comercial y financiero –también

organizado corporativamente- cuya fortuna

dependía menos del mercado y más de una

buena relación con la élite política.”

“La creciente pluralidad social chocó con el

autoritarismo presidencial, con la corrupción

de un sistema basado en un partido de Estado

y con la ausencia de mecanismos institucionales

efectivos para llamar

a cuentas a los

cerrados grupos que

controlan los aparatos

administrativos

y de gobierno. Ese

problema inicial se

complicó más tarde

con la creciente ineficacia

de un modelo

económico estatista,

protegido de la

competencia e ineficiente,

y cuya crisis

final tuvo lugar en

los años ochenta.”

“Los líderes políticos

pensaron que

los conflictos eran

maniobras para

arrancar concesiones

y favores políticos,

y no desacuerdos

básicos y cuestionamientos

ideológicos fundamentales cuya

solución interna era inevitable con los viejos

métodos y las soluciones convencionales.”

“La transición de un autoritarismo caduco

e inviable a un régimen nuevo, plural

y democrático, puede muy bien ser el inicio

de una recuperación de la gobernabilidad, al

darle a la sociedad mejores instrumentos para

formular y procesar sus demandas.”

“Hay que diferenciar claramente entre

una reforma impuesta verticalmente desde

el Estado y otra apoyada por la sociedad movilizada

alrededor de un proyecto nacional.

De la solución de esta disyuntiva depende en

gran medida el éxito de una reforma radical y

una ingeniería societal profunda y exitosa.”

“El funcionamiento de un modelo económico

cualquiera dependerá del entorno

en que se aplique. Y ese entorno incluye la

cultura y la política, de manera preponderante.

En consecuencia, cualquier propuesta

económica debe partir de un análisis claro y

detallado del entorno cultural y del sistema

político.”

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