* Documento presentado como ponencia en el VI Congreso Internacional del CLAD sobre Reforma del
Estado y la Administración Pública, Buenos Aires, Argentina, 5-9 noviembre 2001
* Documento presentado como ponencia en el VI Congreso Internacional del CLAD sobre Reforma del
Estado y la Administración Pública, Buenos Aires, Argentina, 5-9 noviembre 2001
LA GESTION DE LA CALIDAD EN EL AMBITO
DE LA ADMINISTRACION PUBLICA
Potencialidades para un
cambio gerencial*
Guillermo A. Malvicino
CONTENIDO
Introducción
HACIA UNA GESTIÓN MODERNA
HACIA LA GESTIÓN DE LA CALIDAD
LAS NORMAS
LA CERTIFICACIÓN
LA GESTIÓN DE LA CALIDAD
LOS ENFOQUES POSIBLES
• EL ENFOQUE TRADICIONAL
• EL ENFOQUE NORMATIVO
• EL ENFOQUE DE LA CALIDAD TOTAL
LOS MODELOS DE LA GESTIÓN DE LA CALIDAD EN LAS ORGANIZACIONES
PÚBLICAS
• EL MODELO DE LA CALIDAD TOTAL
• EL MODELO DE LA NORMA ISO 9001
• EL MODELO DE LA CARTA COMPROMISO CON EL CIUDADANO
Conclusiones
BIBLIOGRAFÍA
RESEÑA BIOGRAFICA
RESUMEN DEL DOCUMENTO
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LA GESTION DE LA CALIDAD EN EL AMBITO DE LA ADMINISTRACION PUBLICA.
POTENCIALIDADES PARA UN CAMBIO GERENCIAL.
1 – Hacia una gestión moderna
El Estado moderno debe caracterizarse por sus resultados y por sus prácticas. Resultados que
mejoren la calidad de vida de la ciudadanía y que sean la consecuencia de prácticas transparentes y
legítimas acotadas a principios económicos racionales.
El reclamo social respecto de un Estado mejor es incuestionable para cualquier agenda política y
para cualquier gestión de gobierno que pretenda superar los tradicionales escollos a la eficiencia de
la gerencia pública.
La modernización del Estado es ya una iniciativa generalizada en los países más desarrollados y se
hace explícita en no pocos países de ingresos medios o emergentes.
Tales iniciativas de reformas o de modernización estatal en la mayoría de los países centrales y en
algunos latinoamericanos (Argentina, Brasil, Chile, Bolivia, México) se sustentan en documentos o
textos políticos, muchos de los cuales adoptan un nombre simbólico y despliegan en sus textos las
características esenciales de la reforma.
Estos impulsos no han tenido necesariamente sustento legal ni han sido implantados con base en
una política pública coherente.
Entre las iniciativas que han alcanzado mayor difusión en la experiencia comparada, pueden citarse
las indicadas en el siguiente cuadro:
PAIS Denominación de la Iniciativa para la reforma o
modernización del Estado
Alemania “El Estado Flaco” a partir de 1995-1997
Canadá “En pro del Estado Adecuado” a partir de 1996. En ella se
identifican 4 objetivos: clarificación de roles de gobierno;
reasignación de recursos a nuevas prioridades; respuesta a
nuevas demandas ciudadanas; gobierno con menos déficit y
deuda
Dinamarca “Una nueva visión del Sector Público” en 1993 y “Bienestar para
los Ciudadanos” en 1995
Francia “Plan de Modernización del Estado” en 1995
Reino Unido “Continuidad y Cambio” en 1994
Irlanda “Un mejor Gobierno” en 1996
USA “Revisión de la Gestión Nacional” en 1993 y el “Reinventing
Government”
México “Programa de Modernización de la Administración Pública 1995 –
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2000”y “Modelo Estratégico para la Innovación Gubernamental”
en 2001
Argentina “Plan de Modernización de la Administración Pública” en 2000 /
2001
Brasil “Plan Director de la Reforma del Estado” iniciado 1995 en el cual
se define un esquema de estructura de gobierno compatible con
una mayor flexibilización de las agencias estatales en cuanto a
objetivos, métodos y relación gobierno – organizaciones sociales.
España “Plan de Modernización de la Administración General del Estado”
iniciado en 1992 con antecedentes de diseño de políticas en el
estudio del Ministerio para las Administraciones Públicas
denominado “Reflexiones sobre la modernización de la
Administración General del Estado” de 1989
Sin o con sustento legal o constitucional, la modernización del Estado existe ya como un nuevo
paradigma multiplicado en numerosas experiencias internacionales que explica una nueva manera de
entender a la gestión gubernamental en relación con sus ciudadanos y da cuenta de una nueva
manera en la que los ciudadanos conciben al Estado desde sus propios intereses.
El correlato organizacional de esta nueva dinámica de articulación de intereses entre el Estado
Moderno y los ciudadanos se materializa en entidades públicas más abiertas a los intereses
ciudadanos, gerenciadas con criterios de la empresa privada, buscando resultados y una
minimización del costo prestacional. Surgen así las nuevas “agencias” gubernamentales perfiladas
según distintas experiencias nacionales pero que dan cuenta de una nueva organización, post
burocrática con vocación de autojustificar económicamente su existencia institucional.
Citando la experiencia europea, Ramió (1999) destaca la emergencia de las “agencias” como un hito
en las iniciativas europeas de implantación de una nueva orientación gerencial en la Administración
Pública, fundamental para la separación de funciones ejecutivas de las funciones de formulación de
políticas.
Así, las “agencias”, consideradas como verdaderas unidades ejecutivas, adquieren una destacable
autonomía operativa en su organización y funcionamiento. Se vinculan con sus respectivos
ministerios o departamentos centrales mediante convenios plurianuales los cuales determinan: el
mandato político, los objetivos estratégicos, los recursos y las facultades delegadas. En su
conducción se designa a un profesional directivo que debe responder ante sus respectivos órganos
político - estratégicos respecto del cumplimiento de los resultados comprometidos.
Las características que adquiere este nuevo tipo de agencia pública posburocrática pueden
contrastarse con los rasgos de la agencia burocrática tradicional. El siguiente cuadro refleja sus
principales diferencias:
LA AGENCIA BUROCRATICA
LA AGENCIA POSTBUCROCRATICA
• enfoque hacia sus propias necesidades
• enfoque hacia las necesidades del cliente
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• definición de su importancia en base a
recursos y tareas que desarrolla
• definición de su importancia en base a los
resultados que alcanza en favor de sus
clientes
• énfasis en el control de costos por
sobre el de resultados
• énfasis en el valor agregado neto
• enfoque en la rutina de los
procedimientos
• enfoque en la flexibilidad de los
procedimientos según demandas de los
clientes
• compite por su esfera de influencias • compite por sus negocios
• tendencia a anunciar políticas y planes • tendencia a comunicarse con sus clientes
para revisar y definir su operación
estratégica
• separación entre el pensar y el hacer • involucramiento del pensar y del hacer
para incrementar el valor agregado a
clientes
• énfasis en cumplir con solamente con
el presupuesto financiero
• énfasis en cumplir con resultados y
calidad de los servicios
• sujeta a control burocrático • sujeta a control social y político
Fuente: elaboración propia en base al libro “Teoría de la Organización y Administración Pública” de
Carles Ramió, 1999
Es a partir de la emergencia de estas organizaciones nuevas adaptadas a las exigencias sociales y
con explícito reconocimiento de su responsabilidad en cuanto a una adecuada prestación de bienes y
servicios en términos de expectativas de una ciudadanía que hace uso creciente de sus derechos
frente al Estado, que surge el tema de la gestión de la calidad en la organización pública como un
estilo gerencial nuevo.
2 – Hacia la gestión de la calidad
En los últimos años hemos sido testigos del surgimiento de la cuestión “Calidad” con una vitalidad
que no reconoce antecedentes inmediatos. Se trata de una nueva vertiente de exigencias, requisitos,
metodologías de trabajo, presentación de productos, etc. que viene operando como un instrumento
de diferenciación de bienes y servicios y, a su vez, como una manera de discriminar nichos de
mercado e incluso imponer condiciones de los sectores más concentrados y poderosos a los sectores
con menos capacidad de negociación.
Si bien toda esta gama de situaciones se da en simultáneo, lo que sí queda como eje de trabajo o de
discusión es que de una manera u otra, las prácticas productivas que se sustentan en la adopción de
nuevas tecnologías necesitan complementarse con elementos constitutivos de lo que denominamos
“calidad” para poder ser realmente efectivas en los eslabones superiores de la cadena de valor.
Reconociendo como real y legítimo el incremento de la exigencia de los consumidores finales locales
o internacionales en cuanto a bienes y servicios adecuados a sus expectativas, se impone analizar
los aspectos que conforman a la “calidad” y de qué manera es posible planificar hacia el futuro
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mecanismos útiles y realistas que permitan dar respuesta a este nuevo enfoque en la interrelación
cliente-proveedor.
La irrupción del ciudadano como unidad de referencia del servicio público y no la burocracia
irrepresentativa como beneficiaria primaria de la gestión pública ubica el tema en el campo de la
gestión de la calidad.
Ello es así en tanto que “calidad” sea entendida como la capacidad de un bien o servicio de satisfacer
las necesidades explícitas o implícitas del usuario inmediato o último beneficiario de ese bien, es
decir, el ente (persona física o jurídica) final por el cual se justifica una acción y el que, a su vez,
justifica la existencia del proveedor de dicho bien o servicio.
La integración del concepto “ciudadano –cliente” no debe limitarse al simple correlato del consumidor
que opera en cualquier mercado genérico. Existen otras instancias que en consonancia con las
distintas vertientes de relación del ciudadano con el Estado hacen que esta relación sea mucho más
compleja y generadora de compromisos recíprocos más ricos y determinantes.
López Camps (1998) identifica hasta siete categorías relacionales entre el ciudadano y el Estado que
caracterizan a aquél como: beneficiario de prestaciones públicas, consumidor, “produmidor”
(consumidor y productor), usuario, comprador, contribuyente y regulado.
Por ende, gestionar la calidad de un servicio el cual da razón de ser a la organización responsable del
mismo implica adoptar los instrumentos gerenciales correspondientes para que de una manera
organizada y planificada la organización obtenga resultados previstos o convenidos con terceros y
demuestre capacidad de reacción frente a imponderables no previstos en sus procedimientos.
A tal efecto, la gestión de la calidad necesita de instrumentos orientadores que se denominan normas
que son generalmente voluntarias y sobre las cuales se erige el sistema de gestión de la calidad de la
organización.
2.a – Las Normas
En el ámbito de la gestión de la calidad se disponen de 2 tipos de normas concretas: a) las normas
reglamentarias y b) las normas voluntarias.
Las normas reglamentarias emanan de las autoridades públicas y son de cumplimiento obligatorio
(SENASA, INV, INAL, Código Alimentario, reglamentaciones provinciales y municipales) para el
sector privado en cuanto que el Estado a partir de las mismas asume su papel regulador.
Las normas voluntarias, por su parte, son aquellas que se adoptan por decisión propia del productor o
industrial para diferenciar su producción y tener nuevos elementos de negociación con su comprador.
Las normas voluntarias, en general, se usan para:
• Mejorar aspectos de la organización en cuanto a programar, registrar y verificar la aplicación de
procedimientos conducentes a la obtención de un producto o bien diferenciable
• Establecer nuevas bases de negociación con clientes y proveedores
• Mejorar el marketing de productos o servicios
• Adelantarse a posibles exigencias de compradores o mercados que pretenden producciones
diferenciadas
• Certificar el sistema, los procesos o productos para obtener un reconocimiento explícito utilizables
como símbolo de compromiso con la calidad
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Las normas voluntarias pueden ser de dos tipos: a) protocolos, pliegos de condiciones o normas
técnicas y b) normas o estándares emitidos por un organismo de normalización
Las normas técnicas son aquellas emitidas por un organismo especializado (instituto de investigación,
entidad nucleadora de profesionales, universidad, etc.) que contienen requisitos o especificaciones de
cómo producir un bien o producto diferenciable incluyendo los métodos de verificación, registro y
muestreo. Pueden incluir la etapa de producción primaria, la de transformación, la comercial o todas
en conjunto.
Las normas o estándares emitidos por un organismo de normalización, en el caso argentino es el
IRAM o Instituto Argentino de Normalización, tienen las mismas características que las normas
técnicas salvo que su desarrollo ha sido encarado a partir de una mesa de discusión y negociación
con todos los posibles sectores interesados a nivel de un organismo de normalización. Luego de una
serie de reuniones y exposiciones, se llega a un acuerdo que es homologado por el Comité de
Normas que opera dentro del organismo de normalización.
2.b – La Certificación
La certificación de sistemas, procesos o productos consiste en obtener el reconocimiento de una
entidad certificadora de que aquéllos cumplen con las exigencias o requisitos establecidos en una
norma. De ahí surge que para tal fin es necesario adoptar y responder adecuadamente a los
requerimientos de una norma ya sea de sistemas (ISO 9000, ISO 14000), de procesos (protocolos de
procesos, Buenas Prácticas de Manufactura) o de producto (protocolo de especificaciones, normas
ISO).
Adoptar una norma implica implementar procedimientos, métodos de verificación y registros
funcionales a los requisitos de la norma adoptada. Asimismo, y en no pocas oportunidades se
requiere la existencia de Manuales de la Calidad, Manuales de Procedimientos y Manuales de
Instrucciones
La certificación es el resultado exitoso de un proceso que se inicia al momento de definir un camino
en la gestión de la calidad de la empresa. Continúa con la implementación de los requisitos expuestos
en la norma para finalmente solicitar a un organismo de certificación la emisión del sello de calidad
relacionado con lo que se quiere certificar (sistema, proceso, producto).
Generalmente, el organismo de certificación realiza auditorías o inspecciones previas antes de emitir
su opinión sobre el objeto de la certificación. Tales actividades buscan realizar una tarea de
diagnóstico descriptivo de la situación de la empresa y de lo que se quiere certificar. Las
certificadoras serias no realizan tareas de asistencia técnica o asesoramiento ya que de combinar
ambas actividades (asesorar y certificar) se generaría un conflicto de intereses al unir en una sola
entidad tanto la función de asesoría como la función de emitir opinión acerca de algo que coadyuvó a
desarrollar. Por lo tanto, el sistema de certificación se hace creíble en tanto y en cuanto las funciones
de asesoramiento y certificación sean responsabilidades de entidades distintas.
Cuando las auditorías o inspecciones previas realizada por el organismo de certificación hayan
obtenido el material suficiente respecto del cumplimiento de la norma adoptada, el mismo es elevado
a un Comité de Certificación que es la instancia única y máxima de decisión respecto del
otorgamiento del sello de calidad.
En caso de un juicio favorable, la empresa recibe su sello de calidad para su sistema, proceso o
producto (según sea su interés) el cual debe ser permanentemente monitoreado a fin de evitar
desvíos o sesgos que se aparten de lo prescripto por la norma adoptada.
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En el caso concreto de certificaciones de sistemas (ISO 9000 / ISO 14000), la etiqueta del envase o
label de los bienes producidos no puede incluir el sello de calidad ya que el mismo no es extensible al
producto, sólo al sistema de aseguramiento de la calidad o de gestión ambiental. En cambio, en las
certificaciones de procesos o productos, sí es posible incorporar al lado de la identificación comercial
del producto el sello de calidad emitido por la certificadora en reconocimiento ya sea del proceso
utilizado como de las especificaciones del producto.
Toda certificación es un contrato bilateral entre la empresa y la certificadora. Ambas tiene
obligaciones y derechos que cumplir en función de un sello de calidad. La certificadora se obliga a
auditar y mantener la vigencia del sello en la medida que la empresa cumpla con los requisitos
normativos y comerciales. Por su parte, la empresa se obliga a cumplir con los requisitos normativos
y a no transgredir la reglamentación sobre la cual se basan las condiciones de otorgamiento del sello.
Últimamente, los Estados han comenzado a regular y promover la gestión de la calidad a partir de los
denominados Sistemas Nacionales de Normas, Calidad y Certificación que tienen alcance sobre los
mecanismos de emisión de normas voluntarias y las condiciones de acreditación para organismos de
certificación, laboratorios de ensayo y calibración y auditores de calidad. Estos sistemas pretenden
obtener reconocimiento internacional y así habilita a las empresas locales a trabajar en el ámbito de
la calidad dentro de un paraguas normativo reconocido.
2.c – La gestión de la calidad
Gestionar la calidad en una empresa implica realizar todas las tareas inherentes a la consolidación de
una organización que se prepara para garantizar calidad en sus productos. Esa calidad en función de
un compromiso, de una especificación de producto o servicio, del tiempo de entrega, de un ambiente
organizacional predispuesto a la mejora continua, de un conjunto de procedimientos hechos para
identificar por dónde las cosas se están haciendo bien en función de un parámetro externo o norma
adoptados voluntariamente.
De ello se deriva que la calidad no es el resultado de la casualidad sino, de una programación y
voluntad de mejora puesta en marcha en aspectos tales como:
• La definición de una política explícita para la calidad
• El reconocimiento del cliente como el factor clave que define los lineamientos de la calidad
• El reconocimiento del factor humano como el eje del cambio y de la generación de valor
• La innovación tecnológica como el sendero de expansión necesario
• La cultura de la incorporación permanente de desafíos sustentada en la participación y en un
ambiente laboral sano que promueva la creatividad
Por lo tanto, gestionar la calidad de una organización implica:
• Identificar los productos que deben ser reformulados o reposicionados en función de una
demanda fluctuante
• Determinar las causas y efectos de los requerimientos volátiles de los nuevos nichos de mercado
• Identificar vetas de diferenciación de productos
• Organizar el sistema de aseguramiento de la calidad que básicamente implica disponer de:
• Un manual de la calidad
• Un manual de procesos
• Un manual de instrucciones
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• Registros y estadísticas
• Auditorías Internas
• Promoción interna y capacitación de equipos de trabajo
• Definir procesos tecnológicos que impliquen precisar métodos de diferenciación
2.d – Los enfoques posibles
La gestión de la calidad es entendida a partir de tres enfoques perfectamente diferenciables: el
enfoque tradicional, el enfoque normativo y el enfoque de la calidad total
• El enfoque tradicional responde al siguiente razonamiento: “Si hasta ahora me ha ido bien, para
qué voy a cambiar”
• El enfoque normativo reconoce que es conveniente adoptar normas voluntarias para mejorar la
performance organizacional y así asegurarse que los clientes serán satisfechos en sus
expectativas
• El enfoque de la calidad total cree que es imprescindible imponer una nueva cultura en la
organización para que todos sus integrante e incluso los proveedores se involucren en la mejora
continua de prácticas y procedimientos para así poder dar satisfacción a los clientes
De manera resumida, cada enfoque responde a los siguientes conceptos o puntos de vista:
A - EL ENFOQUE TRADICIONAL
• Cree que la realidad es permanente y que el cambio no le afecta
• No cree en la necesidad de organizarse adecuadamente
• Cree en el manejo patriarcal de los recursos (la empresa soy yo)
• No cree en la existencia de clientes o ciudadanos sino en que sólo existen compradores o
habitantes
• Cree que cuando le va mal, ello es consecuencia de la mala suerte o de la maldad intrínseca de
los otros
• Cree que la calidad es controlada solamente en el producto final (control de la calidad)
• Cree que los costos de la “no calidad” los debe para el consumidor
• No cree en la diferenciación de productos o servicios para mejorar su marketing o ventas
B - EL ENFOQUE NORMATIVO
• Cree que la realidad cambia y que es posible manejarla según nuestras posibilidades
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• Cree que adoptando normas (en general voluntarias) es posible controlar y mejorar los procesos
organizacionales
• Cree que el cliente o ciudadano merece que la empresa se esfuerce para asegurar su calidad
• Cree que cuando le va mal es producto de no haber adoptado la norma correcta o no haber
aplicado o entendido bien la norma adoptada
• Cree que todos los segmentos de la organización tienen responsabilidad en la calidad final de los
bienes o servicios
• Cree que la gerencia es la unidad organizacional específica para manejar la calidad. Para eso
también crea en su organización la Gerencia de la Calidad
• Cree que la calidad depende del convencimiento previo de los responsables de la organización
• Cree que los costos de la no calidad deben ser absorbidos por la empresa como pérdida
• Cree que la diferenciación de sus bienes o servicios mejorarán sus ventas
• Cree que los recursos humanos y los tecnológicos son los más importantes de la organización
C - EL ENFOQUE DE LA CALIDAD TOTAL
• Cree que la calidad es el convencimiento previo y específico de todos los recursos humanos.
Apunta al defecto “cero”
• Cree que la calidad es solamente lo que percibe el cliente
• Cree que hay clientes tanto externos como internos
• Cree que su imagen como organización totalmente dedicada a la calidad mejorará su marketing
• Cree que la “no calidad” es siempre una oportunidad para aprender
• Cree que los grupos y no las gerencias son los soportes de la calidad
• Cree que los recursos humanos son los recursos más importantes que dispone la organización
3 – Los modelos de la gestión de la calidad en las organizaciones públicas
De acuerdo con la experiencia verificable tanto a nivel nacional como internacional, es posible
identificar al menos tres modelos aplicativos de la gestión de la calidad dentro del sector público
nacional, provincial o municipal.
3.a. El modelo de la calidad total
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Responde básicamente a los lineamientos de la European Foundation for Quality Managemente
(EFQM) que propone el seguimiento de un modelo de excelencia tanto para el sector público como
para el sector privado.
En esencia propone una forma de pensamiento y acción organizacional más filosófica que se
sustenta en atender las demandas del cliente, responsabilizar a todas las personas de la organización
en satisfacerlas, reconocer la existencia de “clientes internos” y en la continua mejora de los procesos
y resultados propuestos.
Los ejes del modelo se resumen en los siguientes elementos:
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